Todo está ferpecto

Contra la Iglesia colaboracionista

Cuando gobierna la izquierda, los obispos se muestran dóciles para conservar privilegios; cuando gobierna la derecha, se envalentonan y exigen mando en plaza

Publicado: 29/06/2021 ·
11:21
· Actualizado: 29/06/2021 · 11:22
  • El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello. -
Autor

Daniel Barea

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En víspera de que entrara en vigor la ley que despenaliza la eutanasia en España, la Conferencia Episcopal avaló a los obispos catalanes, que están a favor de los indultos de los delincuentes del procés y apelan al diálogo con Cataluña. Cuestión de prioridades para la Iglesia española.

Las palabras del portavoz, Luis Argüello, apelando al diálogo con Cataluña han acabado interpretándose como un apoyo velado al Gobierno de Pedro Sánchez. Un escándalo pero no es una sorpresa, desde luego. Los coqueteos con el independentismo no es algo nuevo.

En 2018, los obispos del País Vasco, el arzobispo de Navarra, y el prelado de Bayona (Francia) pidieron perdón por sus “complicidades” con el terrorismo de ETA.  En Cataluña, un año antes, más de 300 curas firmaron un manifiesto a favor del referéndum porque consideraban que “conviene que sean escuchadas las aspiraciones del pueblo catalán”.

La comparecencia de Argüello se produjo después de un encendido debate donde alguno de los asistentes a la sesión plenaria manifestó su temor a que el apoyo a los indultos pasara factura a la campaña de la equis para fines sociales de la renta.

Contrasta esta docilidad por parte de la cúpula de la Iglesia española y el colaboracionismo de los obispos catalanes con las fuerzas independentistas con la tibieza ante asuntos que antes habría llevado a la movilización ciudadana convocados por el clero.

La agenda progresista del Gobierno de coalición apenas encuentra rechazo por parte de la Iglesia pese a que cuestiona abiertamente los valores católicos. Los profesionales sanitarios han mostrado un posicionamiento más claro y virulento contra el suicido asistido que los obispos por poner el ejemplo más flagrante. Pero también han guardado silencio ante la intención de castigar hasta con penas de prisión a quienes traten de obstaculizar el ejercicio del derecho al aborto y han sido los colectivos provida quienes han tenido que defender a su vez el derecho a informar a las mujeres.

Cumple la Iglesia nuevamente el patrón durante los últimos 40 años de democracia. Cuando gobierna la izquierda, renuncia a sus demandas y trata de congraciarse para evitar un enfrentamiento que cuestione sus privilegios en los ámbitos fiscales, económicos, educativos y patrimoniales. Cuando gobierna la derecha, se envalentona y exige mando en plaza.

Los obispos, sin embargo, marran en esta ocasión. Lo normal es que el Vaticano reitere su rechazo a las pretensiones independentistas como lo hizo en 2017. Lo deseable sería que desautorizara de alguna manera a la Conferencia Episcopal. Pero, en cualquier caso, sufrirán el rechazo de la opinión pública como la ha sufrido el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que acabó sollozando y jurando y perjurando que no había dicho lo que dijo a favor del indulto porque los españoles están en contra del independentismo, el federalismo, la utilización de España para seguir en el poder o conseguir dinero y conservar privilegios.

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