El error de una pasajera retrasó más de siete horas un vuelo que debía ir de Manchester a Islamabad, ya que se volvieron a revisar todas las medidas de seguridad del aparato según el protocolo establecido.
El avión estaba preparado para despegar, empezaba a moverse lentamente por la pista, pero una pasajera sintió la necesidad de ir al baño y obvió las señales de no quitarse el cinturón de seguridad.
La pasajera rebelde se dirigió a la parte trasera de la aeronave, pero en lugar de abrir la puerta del servicio accionó el mecanismo de apertura de una salida de emergencia.
Una vez abierta esta salida se activó de forma automática la rampa hinchable para permitir la salida de viajeros. El retraso estaba asegurado.
Avisados del incidente, los cuarenta pasajeros fueron desalojados del avión, ya calmados tras el susto inicial, pero visiblemente molestos al saber que llegarían varias horas más tare a su destino.
La compañía investiga por qué la pasajera pudo llegar tranquilamente a la salida de emergencia, ante la que debían estar miembros de la tripulación, que sí acertaron a la hora de calmar los ánimos… y de indicar a la viajera lianta la puerta correcta.
