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Abusan de una robot sexual inteligente en una exposición tecnológica

Tenemos noticias de Samantha, la robot sexual que ya os presentamos aquí junto con su creador, el ingeniero Sergi Santos. Resulta que el barcelonés llevó a su criatura a un festival de la industria de la tecnología y afirma que necesita ser reparada por culpa de unos «bárbaros» que abusaron de ella. El ingeniero quiso presentar a […]

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Tenemos noticias de Samantha, la robot sexual que ya os presentamos aquí junto con su creador, el ingeniero Sergi Santos. Resulta que el barcelonés llevó a su criatura a un festival de la industria de la tecnología y afirma que necesita ser reparada por culpa de unos «bárbaros» que abusaron de ella.

El ingeniero quiso presentar a Samanta en el Festival de las Artes Electrónicas en la ciudad de Linz, en Austria. El robot está programado con una inteligencia artificial para que responda a una seducción amable. Se supone que Samantha se ‘pone’ más cuanto más romántico es el pretendiente.

Pero no es eso lo que ocurrió en la exposición. En vez de ser tratada gentilmente, Samantha fue abusada sexualmente y dañada seriamente por los visitantes. «La gente se montó en los pechos de Samantha, sus piernas y sus brazos. Le rompieron dos dedos y la ensuciaron mucho», afirmó en declaraciones al diario británico Metro. «La gente puede ser mala porque no entendieron la tecnología y no tuvieron que pagar por ella, así que trataron a la muñeca como bárbaros».

Aunque los pechos de Samantha y otras partes del cuerpo quedaron muy dañada por la horda sexual austríaca, la inteligencia artificial del robot aún funcionaba perfectamente. Cuando Santos le preguntó a la muñeca «¿Cómo estás?, ella respondió «Hola, estoy buen», publicó el Daily Star.

Eso dio esperanzas al creador de Samantha. «Ella puede resistir mucho, saldrá adelante», añadió. Arran Lee Squire, un ingeniero británico que ayudó a Santos a desarrollar a Samantha narró al Daily Post que cree que la robot debe ser tratada como una dama. «Creo que la gente se había sobreexcitado y la trató como una muñeca sexual. Ella no es una muñeca sexual, es una robot con inteligencia artificial», afirmó.

Santos empaquetó a Samantha y la devolvió a Barcelona para que la reparen. El Daily Star informa que ya ha vendido 15 versiones de la robot por unos 4.000 dólares cada una.

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