Los directivos son los responsables de conseguir objetivos a través de las personas que dirigen. Para ello deben relacionarse interpersonalmente, y necesitan información para tomar decisiones. Entre los roles que deben desempeñar los directivos dentro de sus tareas interpersonales está el de líder. La autoridad de un directivo procede de la jerarquía, pero el líder tiene poder, capacidad de influir en los demás, aunque no les pueda mandar. El líder es el que consigue que los demás hagan lo que hay que hacer porque les inspira, motiva y guía. Lamentablemente, muchos jefes no inspiran, más bien desmotivan e incluso desesperan.
A veces uno se pregunta cómo han llegado ciertas personas a puestos directivos. El principio de Peter explica que cada persona asciende hasta su máximo nivel de incompetencia. Esto significa que, de alguna forma, todos somos incompetentes para desempeñar tareas de mayor nivel que las que actualmente tenemos, y que hemos ascendido hasta donde estamos porque conseguimos ser competentes en esos encargos previos. Si el ascenso no se ha motivado solo por la competencia del directivo, otra razón puede ser la confianza del superior en la capacidad de trabajo del subordinado para aprender lo que necesite hacer en su nuevo cometido. En otras ocasiones, esta confianza de los superiores se basa en su convicción de que pueden controlar a quienes, teóricamente, conceden algún grado de autoridad, pero saben que, en la práctica, no moverán un dedo sin que se lo ordenen desde arriba. En estos casos, se busca que la autoridad que les otorgan les proporcione el liderazgo sobre los equipos que gestionan.
En su trabajo de 1973 “La naturaleza del trabajo directivo” Henry Mintzberg indicaba que las organizaciones buscan en sus directivos orientación y motivación. Este clima normalmente lo marca su máximo directivo, con la energía y visión que infunde a toda la organización a lo largo de la cadena de mando. La cuestión es si cada directivo como líder busca tener seguidores que le alaben ciegamente, o se atreve a elegir perfiles que también se conviertan en líderes de sus equipos.
Los directivos no son solo gestores preocupados por la eficiencia para mejorar lo que se hace bajo su mando, sino que deben ser líderes enfocados en la eficacia, definiendo lo que hay que hacer y consiguiéndolo. Necesitamos líderes que hagan que pasen las cosas que necesitamos. Estamos perdiendo oportunidades porque muchos directivos no permiten liderar a quienes están bajo su autoridad, porque temen perder su importancia. Sobran jefes y faltan líderes.