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Los directivos necesitan información para tomar decisiones

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Los directivos necesitan información para tomar decisiones. Junto con los roles interpersonales y los decisorios, los informativos completan su actividad. Es decir, de forma resumida, dirigir consiste en tomar decisiones que afectan a personas empleando la información disponible. 

A través de su posición en el organigrama y en la organización informal, los directivos acceden a determinadas informaciones que deben ayudarles en sus procesos de toma de decisiones. La autoridad consigue muy fácilmente que la información fluya de los niveles más altos de la jerarquía hacia abajo, pero hacer que ascienda por la cadena de mando es más difícil. A veces, la alta dirección vive en una ficción ideal pensando que todo funciona según lo planificado, ya que algunos directivos prefieren trasladar hacia arriba solo la información favorable para contentar a sus jefes. Si esto se produce en los diferentes niveles jerárquicos, la información que se use para tomar decisiones está bastante lejos de ser real y, mucho menos, útil. 

En su rol de monitor, cada directivo debe buscar constantemente información en su entorno. Mucha de esta información le puede llegar a través de su red de contactos en forma oral y, muy posiblemente, en forma de rumores y especulaciones que pueden ayudarle a anticiparse a hechos futuros. También debe buscar activamente cualquier fuente de información que le ayude a tomar mejores decisiones. Ahí el problema es que realmente quiera buscarla, que sienta la necesidad de saber más y diseñe un buen sistema que recopile información interna y externa. Hoy tenemos acceso a información de todo tipo a través de cualquier dispositivo con conexión a internet, pero estamos perdiendo la curiosidad. 

Antes el problema era encontrar la información necesaria. Aparecieron los buscadores en internet y cualquier consulta arrojaba millones de resultados en pocos segundos. El problema pasó a ser qué resultados seleccionar, para acabar aceptando como confiables las fuentes que los buscadores priorizaban en las primeras posiciones. De ahí la broma de que el lugar más seguro para esconder algo era en la segunda página de los resultados de búsqueda, ya que casi nadie llegaba a mirar ahí. Recientemente, la IA se ha convertido en el oráculo que responde a cualquier pregunta, aunque en muchos casos no se indiquen las fuentes que se utilizan en cada respuesta, con el riesgo que eso supone. La habilidad para buscar, para saber hacer las preguntas adecuadas de la forma más precisa posible, para no conformarnos con la primera respuesta, y para contrastar los resultados, son clave para obtener la información necesaria.

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