Tras amenazarla con la muerte en el caso de que no fuese virgen, además de impedirle estudiar o relacionarse con amigos
La Fiscalía de Almería ha pedido penas de dos años de cárcel y de tres años de prisión, respectivamente, para la madre y el padre de una joven por presuntamente someterla a un "clima de violencia" y amenazarla con la muerte en el caso de que no fuese virgen, además de impedirle estudiar o relacionarse con amigos.
La calificación del fiscal, a la que ha tenido acceso EFE, señala que los acusados convivían con la joven, que en la actualidad tiene 20 años y sus otros dos hijos, de 20 y 15 años cuando se produjeron los supuestos hechos, en un barrio de la capital almeriense.
El Ministerio Público apunta que en septiembre de 2020, cuando aún le quedaba un mes para cumplir los 18 años, la menor tuvo que ingresar en la unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería, al padecer un "cuadro de ansiedad y autolesiones".
Sostiene que el mismo fue fruto del "clima de violencia" en el que se encontraba y a una educación que "rebasa ampliamente los límites de la corrección como progenitores", y apunta a los problemas existentes entre los padres por sus "conflictos" como pareja.
En concreto, el fiscal mantiene que era habitual que los padres, de origen magrebí, "menoscabasen" la seguridad de la adolescente, a la que presuntamente amenazaban con matarla si no era "virgen"; además de indicarle que no tenía que relacionarse con amigos o con nadie ajeno a la familia, así como tampoco usar el teléfono.
Todo ello unido a insultos, "humillaciones constantes", y prohibiciones de salir o estudiar.
El fiscal asevera que cuando la víctima recibió el alta unos días después de su ingreso, se "intensificaron" los "episodios de amenazas, humillaciones y presión psicológica debidos a su estado por parte de su madre", quien la habría aislado y agredido físicamente.
La progenitora también, mantiene el Ministerio Público, le manifestó que si "quería matarse", lo hiciera, y le impidió proseguir con sus estudios, de forma que la apercibía con "enviarla a Bélgica".
Además, la madre supuestamente se hizo pasar por ella para romper por teléfono con el novio de la víctima.Todo ello generó "temor en la perjudicada", que no quería salir de su habitación, comer o realizar cualquier "actividad normal dentro del domicilio",
Así hasta que a finales de ese mismo mes denunció la situación y fue acogida en un centro de menores y posteriormente en un centro de mayores, en el que "reside desde entonces" y dónde "hace una vida normalizada".
Por estos presuntos hechos, el fiscal interesa dos años de prisión para la madre por un delito de violencia doméstica habitual, así como que se le imponga una orden de alejamiento de 500 metros respecto de la víctima durante cuatro años.
Al padre le pide otros tres años de prisión por el mismo delito, y orden de alejamiento de 500 metros durante cinco años.
A su vez, reclama que ambos indemnicen con 3.000 euros a su hija por los daños morales causados.