Almería

Australia vs Cosentino: "Las brillantes encimeras que matan a jóvenes australianos"

La sentencia de Vigo ha catalizado el problema en Australia. Se han presentado más de 70 casos judiciales relacionados con la silicosis. El Gobierno va a actuar

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  • Un caso de silicosis complicada. -
  • Los medios de comunicación se hacen eco de la sentencia de Vigo, que ha servido como catalizador sobre el problema en el país austral
  • “Solía ​​decirle a la gente que era como trabajar en el infierno”, afirma un extrabajador del material
  • Los sindicatos piden solucionar el problema de raíz "prohibiendo los productos de importación de las empresas manufactureras de productos dañinos"

Las consecuencias del tras el fallo judicial contra Cosentino por la que la empresa y su presidente, Francisco Martínez Cosentino, han sido condenados, en conformidad y tras un acuerdo con los demandantes, por un juzgado de Vigo, ha alcanzado cotas internacionales. La compañía, con sede en Almería, abonará indemnizaciones por 1,1 millones de euros a los cinco trabajadores de la empresa viguesa Granitel afectados por silicosis. En Australia también hay muchos afectados por la silicosis y la noticia ha revitalizado el polémico asunto sobre el que llevan tiempo llamando la atención sobre las consecuencias derivadas de trabajar con el material de Cosentino. "Las brillantes encimeras de la cocina matando a jóvenes australianos". Así titula el Sydney Morning Herald, el principal periódico de Sidney, un reportaje demoledor sobre los efectos de la silicosis en trabajadores de Cosentino en el país austral. "Piedra reconstituida: el 'nuevo amianto' que acaba con los trabajadores artesanos australianos" titula en otro artículo News.com.au, uno de los periódicos digitales más leídos de Australia.

En ambos reportajes se destaca la sentencia pionera de Vigo a Cosentino y citan un estudio de la universidad de Curtin, en la ciudad de Perth, que cifra en nada menos que 275.000 el número de víctimas a causa de los materiales peligrosos para la salud entre los que se incluyen mineros, contratistas y, sobre todo, trabajadores del sector, muchos de ellos emigrantes. Hasta 103,000 de ellos serán diagnosticados con silicosis, predice el estudio. Los casos guardan numerosos paralelismos con los ocurridos en España. Se han presentado más de 70 casos judiciales relacionados con la silicosis en Victoria y Queensland, y varios más en otros estados. "Los trabajadores, muchos con tanques de oxígeno o que necesitan trasplantes de pulmón, insisten en que nunca se les advirtió sobre lo peligroso que podía ser el material con el que trabajaban", recoge en su información News.com.au.

El reportaje del Sydney Morning Herald recoge el caso de Ken Parker, quien pasó 18 años trabajando en una fábrica en el oeste de Sydney, dijo a los periódicos del grupo 9NEWS que nunca le advirtieron sobre los peligros del producto. “Solía ​​decirle a la gente que era como trabajar en el infierno”, dijo. “No puedes ver más de un par de pies frente a ti por el polvo. Está en tu ropa, en tu piel, en tus ojos, coche, te lo llevas a casa. Está en todas partes”. Parker, quien llegó a un acuerdo confidencial en su caso, insiste en que hasta que el denunciante de 2018 habló, los líderes de la industria afirmaron que la piedra reconstruida era más segura". En el caso de Andalucía, también se llegó a un acuerdo con afectados, aunque un gran grueso de los afectados se muestra, no solo disconforme, sino totalmente en contra de algunas de las frases que figuran en el documento.

También se hace eco de otro trabajador, Josh Hunt, de 31 años, que comenzó como aprendiz de albañil cuando tenía 15 años y trabajó en fábricas en Queensland, Melbourne y Sídney. Afirma "que el polvo era tan fuerte que echaba piedras por la nariz todo el fin de semana". Tres años después de irse, todavía puede saborear el polvo. En noviembre de 2018, a Hunt le diagnosticaron silicosis y le dieron una esperanza de vida de 10 años. “Ha pasado factura. Me ha quitado todo”, dice. “Tengo tres hijas y veo, ya sabes, caminar con ellas por el pasillo, o preocuparme por verlas en su graduación de la escuela secundaria con su vestido. No me gusta hablar demasiado de eso porque me molesta bastante”. Hunt acudió a Maurice Blackburn y está emprendiendo acciones legales contra su fábrica y los fabricantes, incluidos Caesarstone Australia y Cosentino Australia.

La sentencia de Vigo ha catapultado las acciones contra los materiales peligrosos como los que emplea Cosentino para fabricar el Silestone. Los expertos destacan que Cosentino registra el mayor número de casos de silicosis en Andalucía. El gobierno australiano ha dictaminado medidas urgentes para cortar las importaciones de cuarzo Silestone, aunque con matices de momento. En un reportaje del programa de televisión 60 minutos en colaboración con la prensa del grupo periodístico 9NEWS, "los periodistas revelaron que los síntomas padecidos por los trabajadores del sector eran en muchos casos irreparables". El reportaje asume que las cocinas con Silestone lograron ventas récord en Australia y afirma que "una de cada cinco encimeras revestidas con piedra artificial derivaban en un riesgo para los trabajadores por la inhalación de polvos de sílice cuyos efectos podían derivar en enfermedades cancerígenas".

El Gobierno australiano se ha puesto manos a la obra, pero ha impuesto una demora de seis meses para estudiar la situación antes de actuar. El ministro de Relaciones Laborales, Tony Burke, anunció que su ejecutivo había establecido un plan para el reconocimiento con el fin de que la ciudadanía conozca los problemas que conllevan los productos químicos peligrosos para la salud y recalcó que los ministros del gabinete consensuaron medidas para que el organismo Save Work, (Institución nacional que promueve la salud y el trabajo) investigara qué clase de materiales deberían ser prohibidos, después de conocerse que un fabricante utilizó más del 40 por ciento de sílice cristalina. Las medidas están en camino. Según afirmó Burke a los periodistas poco antes de reunirse con el resto de los ministros del gabinete ministerial para discutir el asunto, dejó claro que su postura estaba "claramente a favor de prohibir inmediatamente la utilización de productos dañinos para la salud, emplazando para ello a todos los "Premiers" de los Estados y Territorios australianos".

Los sindicatos, por otra parte, están decepcionados con el Gobierno y exigen medidas más contundentes. La presidenta de los representantes de los trabajadores, Sally McManus, dijo que el Gobierno tendría que solucionar el problema de raíz "prohibiendo los productos de importación de las empresas manufactureras de productos dañinos a la salud".

El parlamentario del partido laborista Mike Freelander afirmó que el Gobierno Federal había manejado el asunto dando un paso atrás después que a comienzos de semana afirmara la prohibición inmediata de los productos dañinos para la salud, refiriéndose a los seis meses de demora. Por último, el doctor Graeme Edwards, experto en medicina laboral y miembro del Real Colegio de Médicos de Australasia, que lleva desde 2018 avisando del problema e instando a las autoridades a que actúen con urgencia manifestó su decepción, criticando al Gobierno "de actuar con pasividad y sin ganas de resolver un problema de gran relevancia". Y es que el Real Colegio de Médicos de Australasia destaca que el hecho de que los casos de silicosis hayan aumentado un 70% "no sorprende y destaca la necesidad de una acción urgente por parte del gobierno de Nueva Gales del Sur".

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