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Los alumnos con familias más controladoras presentan peores resultados escolares

Los alumnos con familias más controladoras y menos comunicativas presentan peores resultados escolares, según resuelve la principal conclusión del estudio ‘La implicación familiar en la educación: una herramienta de cambio’, publicado por el Observatorio Social de La Caixa. El informe, realizado por Rubén Fernández Alonso, Marcelino Cuesta y Pamela Woitschach, todos ellos de la Universidad […]

Los alumnos con familias más controladoras y menos comunicativas presentan peores resultados escolares, según resuelve la principal conclusión del estudio ‘La implicación familiar en la educación: una herramienta de cambio’, publicado por el Observatorio Social de La Caixa.

El informe, realizado por Rubén Fernández Alonso, Marcelino Cuesta y Pamela Woitschach, todos ellos de la Universidad de Oviedo junto con Marcos Álvarez-Díaz, de la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias, surge tras evaluar los datos obtenidos de la Evaluación General de Diagnóstico (EGD), llevada a cabo por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en la que participaron 26.543 estudiantes de 2 de ESO escolarizados en 933 centros.

En líneas generales, el estudio refleja que la implicación familiar en el proceso educativo es positiva para los alumnos, aunque un análisis más detallado permite observar que no todas las formas de implicación en el hogar son necesariamente beneficiosas.

Según los autores, existen estilos más eficaces que otros, e incluso algunos pueden ser perjudiciales. El informe revela que los hijos de las familias más comunicativas, aquellas que mantienen con sus hijos conversaciones sobre el colegio para tratar técnicas y hábitos de estudio, relaciones personales en el aula y motivación hacia el estudio muestran un mejor desempeño escolar.

Por el contrario, un estilo más controlador y menos comunicativo, en el que los progenitores centran sus interacciones en la ayuda, la supervisión y el control de los deberes escolares y, con frecuencia, se implican directamente en su realización está asociado negativamente al desempeño escolar.

Los datos señalan que el estilo parental más efectivo es el que fomenta la autonomía y la responsabilidad de los alumnos, ya que los estudiantes que realizan sus deberes de forma autónoma emplean menos tiempo y alcanzan mejores resultados que aquellos que necesitan ayuda frecuente y constante.

Asimismo, estos datos coinciden con otros que indican que los estudiantes poco autónomos tienen más dificultades para generar estrategias de autorregulación.

En ambos casos, las madres están más implicadas que los padres en la comunicación con sus hijos: más del 80% de las madres se interesan habitualmente por cómo les ha ido en clase, mientras que en el caso de los padres este valor desciende prácticamente en 20 puntos porcentuales. De la misma forma, las madres presentan perfiles más controladores que los padres, según los datos obtenidos.

El informe también demuestra cómo influye la implicación familiar en el centro escolar en su conjunto; los centros cuyas familias presentan un estilo más abierto y comunicativo no solo obtienen mejores resultados, sino que, además, las diferencias entre los alumnos tienden a disminuir, generando una educación más equitativa.

La diferencia de resultados entre los tipos de centro se sitúa en
torno a 20 puntos a favor de los que presentan mayores niveles de
comunicación y apoyo.

Según los autores del estudio, los datos obtenidos abrirían una vía con potencial de mejora integral para los centros, ya que las organizaciones educativas tendrían un margen para proponer e implementar políticas destinadas a fomentar perfiles de implicación familiar que aumenten la eficacia y la equidad de la educación en los centros.

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