Viruji

Analizar las aguas residuales detecta las plagas de ratas en las ciudades

EFE | Analizar las aguas residuales permite detectar y controlar las plagas de roedores en las ciudades, ha explicado la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC) Montserrat Carrascal. Montserrat Carrascal ha participado en Barcelona en la inauguración del 18º Congreso Anual sobre Espectrometría de masas de alta resolución (HRMS) y análisis ambiental […]

EFE | Analizar las aguas residuales permite detectar y controlar las plagas de roedores en las ciudades, ha explicado la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC) Montserrat Carrascal.

Montserrat Carrascal ha participado en Barcelona en la inauguración del 18º Congreso Anual sobre Espectrometría de masas de alta resolución (HRMS) y análisis ambiental y seguridad alimentaria.

«El estudio de las aguas residuales es una gran fuente para la detección de roedores en cualquier ciudad de todo el mundo o, si el muestreo se hace en puntos específicos del alcantarillado, se puede crear un mapa de roedores», ha destacado.

Éste es uno de los debates sobre análisis ambiental y seguridad alimentaria que tiene lugar en el marco del congreso científico organizado por el CSIC y el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) y que se celebra hoy y mañana en Barcelona, con la participación de más de 130 científicos.

El ’18th Annual Workshop On Emerging And Lc-Ms/Ms Applications In Environmental Analysis And Food Safety’ quiere ser un espacio de debate para fomentar el intercambio de información entre científicos del mundo académico, agencias gubernamentales e industria, ha explicado el director del ICRA y presidente del comité científico del encuentro Damià Barcelò.

«La presencia en nuestro país de un congreso científico de estas características con más de 130 expertos de todo el mundo prueba, una vez más, la capacidad de convocatoria y de liderazgo internacional para atraer y poner en común nuevas ideas y sus últimos avances en espectrometría de masas», ha destacado Barceló en la inauguración del congreso.

Una de las ponencias impartidas durante esta mañana ha sido la de Montserrat Carrascal (IIBB-CSIC) quien ha afirmado que «las plagas de roedores son un peligro para la salud humana a causa de las enfermedades que pueden transmitir a través de las bacterias que las infectan y de la transmisión de pulgas, garrapatas y ácaros».

«Además, -ha añadido- comprometen la integridad de las estructuras infestadas y, una vez establecidas, resulta muy difícil eliminarlas. En las grandes ciudades, las ratas viven en el alcantarillado. Si no se hace ninguna acción de control, estos roedores pueden vivir hasta 7 años y procrear hasta 4 veces al año con una media de 10-14 crías, por lo que el número crece rápidamente en pocos meses».

Actualmente se utilizan diversas estrategias para vigilar estas plagas, generalmente basadas en el recuento de animales y su extrapolación a la población total.

El número de animales en las grandes ciudades suele referirse como el número de roedores por cada habitante, y, por ejemplo, se estima que en la ciudad de Barcelona puede haber una rata por cada 4 habitantes, y algunas estimaciones hablan de hasta 10 roedores por habitante en Nueva York.

Sin embargo, no existe un método estandarizado para determinar su número, estimar la densidad de la población o comprender la dinámica de su población.

Un estudio liderado por Carrascal, del Biological y Environmental Proteomics Group del IIBB-CSIC de Barcelona ha desarrollado una estrategia que utiliza las aguas residuales para detectar y cuantificar roedores que se basa en la detección de proteínas específicas de estos animales.

«Las heces de rata, al igual que la humana, contienen proteínas que se secretan en el páncreas, que hacen su función durante la digestión de los alimentos y que son posteriormente eliminadas. La detección de estas enzimas, las amilasas pancreáticas, en aguas residuales indica la presencia de animales vivos, y la cuantificación relativa a la amilasa humana podría permitirnos monitorizar el aumento o la disminución de heces de roedores en estas muestras», ha explicado Carrascal.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN