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Sindéresis

Feminismo vs fascismo

No tanto como credo propio, sino para intentar desprestigiar a las corrientes y partidos progresistas

Publicado: 17/12/2023 ·
20:09
· Actualizado: 17/12/2023 · 20:09
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Autor

Juan González Mesa

Juan González Mesa se define como escritor profesional, columnista aficionado, guionista mercenario

Sindéresis

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Yo no comparto la teoría de que el feminismo sea, por definición, la principal fuerza de choque contra el fascismo. Una sociedad puede ser igualitaria en cuanto a sexos, incluso en cuanto a orientaciones e identidades, y comportarse como unos perfectos fascistas frente a los extranjeros, los pobres, y la libertad de credo o de su ausencia.

Los análisis de tesis y antítesis, de acción y reacción, jamás deben ser complacientes y jamás deben llevar la respuesta implícita en la pregunta.

Principalmente, porque el fascismo también sabe evolucionar, como la Iglesia de Roma.

Sin embargo podemos encontrarnos, como parece que está sucediendo en ciertos frentes reaccionarios algo descontrolados y que pugnan por ser hegemónicos, con que el subconjunto de reaccionarios machistas coincide casi exactamente con los racistas, terraplanistas culturales y anarcoliberales aspirantes a ascender pisando cabezas, que piensan que el suelo civilizatorio viene dado por inspiración divina y no a base de impuestos y de organizar una sociedad en la que el de al lado no tenga demasiados motivos para saquearte, secuestrarte o torturarte para que le des el PIN de tu tarjeta.

No tanto como credo propio, sino para intentar desprestigiar a las corrientes y partidos progresistas, esta bojiga sobre la espalda de la ultraderecha, que amenaza con llegarle del culo a la nuca si se descuidan, no tiene problema en defender a los violadores grupales patrios volcando la carga de la violación en la víctima. Constantemente reivindican la incompetencia de la mujer en ciertos puestos de responsabilidad, e incluso en productos culturales de ficción. La boca neoliberal se les ha llenado de pelo de huevo.

Ahí sí, aunque podría haber sucedido de otra forma, ahí sí podemos decir que una sociedad feminista está combatiendo el neofascismo criptobró depilado cuando cierra filas en torno al derecho a la interrupción del embarazo, la indemnidad sexual de las mujeres, la ruptura del techo de cristal y del suelo pegajoso en el ámbito laboral, de compartir los cuidados y de abrir los horizontes a las niñas.

Y en ese campo, Irene Montero es un faro. De hecho, debo confesar que desde un principio yo la prefería en el Parlamento Europeo que en el Congreso de los Diputados para la etapa que está por venir, porque aquí la podía sustituir casi cualquier compañera del entorno con fuerza, inteligencia y el apoyo del partido, como por ejemplo Vicky Rosell, pero en Europa no veo un perfil que haya abierto brecha como lo hizo la señora Montero en el Congreso, y hace falta. Esa fuerza innegociable que torció el brazo del PSOE para implantar los cambios que los siempre despreciados necesitaban, también estará en Europa para el colectivo LGTBI, ahora que un extraño frío proveniente del Este amenaza sus derechos. Y si Juantxo Uralde la acompaña, mejor que mejor, porque la gran lucha de nuestro tiempo es la lucha por el planeta. No sé qué plan concreto tendrán los grandes capitalistas para reponer la ausencia de un planeta habitable, que es de lo poco que comparten con el resto de los mortales, pero algo me dice que en ese plan no cabe demasiada gente; o eso, o están locos como liebres en marzo.

No, si el fascismo se acaba adaptando, el feminismo no sería la herramienta para combatirlo; los valores que defendemos son esgrimidos por fascistas para llenarse de razones, como es el caso de quienes defienden el genocidio que está perpetrando Israel sobre los palestinos alegando que allí se puede celebrar el Orgullo Gay. No, si se adapta, ahí no estaría la batalla, pero no se han adaptado, y esa bojiga, ese implante reaccionario de las derechas, la vamos a atravesar, y la vamos a reventar, con más derechos.
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