Media hora después de lo previsto, la Hermandad del Buen Fin ponía su cruz de guía en la calle
pese al mal tiempo. La cofradía de la calle San Vicente
desafió a la lluvia y al viento en una tarde desapacible.
Se estrenaban las
nuevas imágenes secundarias del paso de misterio, obra del escultor Darío Fernández. También se estrenaba la
restauración del paso de palio, al que le llovió de forma contundente desde en algunos tramos del recorrido.
El Santísimo Cristo del Buen Fin hacía su salida a los sones de la Centuria Romana Macarena, seguido de la Virgen de la Palma, a los sones de las Nieves de Olivares. Ya en la Catedral, y ante las incesantes lluvias, la cofradía decidió
suspender su estación de penitencia.