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Patio de monipodio

Vienen a Europa

Europa no se puede inhibir. Los migrantes desesperados -y casi siempre estafados en sus países de origen- que se aventuran a cruzar el Océano en una...

Publicado: 18/07/2024 ·
09:13
· Actualizado: 18/07/2024 · 09:13
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  • Cayuco interceptado. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Europa no se puede inhibir. Los migrantes desesperados -y casi siempre estafados en sus países de origen- que se aventuran a cruzar el Océano en una barquichuela a la que el nombre no puede dignificar, no vienen a Sevilla, ni a Málaga, ni a Almería. Ni a Tenerife, el Hierro ni Las Palmas. No vienen expresamente a España ni a Canarias ni a Andalucía: vienen a la primera playa más cercana a dónde los lleven. Vienen a la tierra más cercana, vienen a Europa y es un problema de y para Europa. No se les puede dejar morir en la mar ni se les puede acoger por encima de nuestras posibilidades. Moreno tiene razón por encima de la posible carga demagógica que pudiera tener su ofrecimiento, tiene razón cuando se ofrece a acoger inmigrantes, pero a su vez el gobierno español tiene que aportar los medios económicos necesarios, o parte de ellos.

No es un problema de la Comunidad a dónde llegan ni de dónde posteriormente los trasladen, pero alguien debe hacerse responsable y ¿quién mejor que quien tiene mucha responsabilidad en la causa por la que huyen de sus países?

En primer lugar, Europa es toda Europa. Los veintisiete y nunca una parte, o unas partes, deben inhibirse de las demás. Menos aún deben las autoridades europeas dejar a su suerte a algún lugar de la Unión. Europa debe responsabilizarse de ayudar al desarrollo de esos países y simultáneamente acabar con las causas de su atraso: su explotación, la reducción a esclavitud de mucha gente, niños incluidos, casi siempre por ejércitos mercenarios y acabar con esos ejércitos ilegales de la forma más fácil y expeditiva: no comprándoles su sucia mercancía aunque sean diamantes. Y mientras se completa el plan, hacerse cargo del coste de mantenimiento de estos inmigrantes. Europa debe asumir su doble responsabilidad y terminar con esta lacra de la miseria que lleva a la emigración. Y mientras tanto, ocuparse de los costos de mantener esos migrantes en Andalucía, Canarias o en cualquier otra Comunidad dónde pudieran ser trasladados.

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