Postureos y postulantes

Publicado: 19/07/2024
El día que la regeneración llegue a la justicia será un día realmente justo
Zarrias y Lozano han sido los últimos exonerados por el Tribunal Constitucional por siete votos a cuatro al entender que se aplicó de forma incorrecta el delito de prevaricación, ello tras amparar a los ex presidentes Chaves y Griñán y a otros ocho ex altos cargos condenados por prevaricación o malversación y ante el hecho solo cabe la sorpresa: tanto tiempo transcurrido y no hay culpables y, si no lo eran, quién paga estos años de suplicio, cómo resarcir esta sensación pública de que la justicia es como un taco de plastilina moldeado por manos que igual hacen un San Benito que un falo envuelto en celofán y, cómo no, justifican jurídicamente el cambio, la propia del PSOE que aunque sabe que el coste electoral por el asunto ERE está saldado y que el ciudadano en general no castiga la corrupción logra reconstruir su relato para mostrarse en paz y limpio, al menos relativamente, ante la sociedad y eso para el PSOE-A es muy importante. El día que la regeneración llegue a la justicia será un día realmente justo.

¿Regeneración democrática? Expectante andaba el mundo nacional ante la nueva Ley del presidente para dotarse de armamento contra el bulo y aunque la idea es buena, la puesta en marcha, cuando menos, extraña. Es como ponerle letra al himno nacional: la idea es buena, pero quién la escribe y cómo convence a los demás. La Ley de regeneración nace con cien millones de euros de ayuda al sector, caramelo, en base al reglamento sobre medios pactado por la UE como vacuna anti bulos, veneno. Y es veneno porque cómo se establecen los criterios y, sobre todo, a quién beneficiarán y a quién perjudicarán. Todo ello anteponiendo la necesidad de regularizar el sector, evitar medios subvencionados cuyo fin único es el acoso político, poner en valor la profesionalidad, el personal, la difusión y un estado contable en regla y, sobre todo, acotar el capricho del político de turno que reparte cual rey mago lanza sugus -mi preferido siempre fue el de piña- por Navidad. Es obvio que Sánchez hace la Ley y quien hace la Ley, ya se sabe, tanto como que el PP se opone por ya se sabe y ninguno, en todo caso, debate dar un paso más en elevar el listón en esta regeneración democrática: ¿Qué pasa con los bulos que salen de los propios partidos y con tantas mentiras para desgastar al adversario? ¿Qué hacer cuando se demuestra que un partido ha mentido -alguna vez pasa…-? ¿Cómo proceder ante los incumplimientos de campaña, que según estadísticas alcanzan hasta el ochenta por ciento? ¿O acaso esta regeneración democrática no afecta al proceder interno de las formaciones políticas? Buenas preguntas para las que nunca habrá respuestas.

Pelayo le ha pedido perdón a Paco Reyes en la FEMP, lo que demuestra dos cosas: inteligencia suficiente para rectificar cuando se sabe haberse metido a contramano, vértigo ante citaciones judiciales que sólo le causarán desgaste. Los años de suplicio que pasó por la pieza separada del Gürtel sobre la contratación irregular de Jerez siendo alcaldesa en Fitur de 2004 no se olvidan. Reyes retira la demanda y pelillos a la mar. Al margen, pendientes de la remodelación de gobierno que hará Juanma Moreno la última semana de este mes y para lo que está pidiendo mucha documentación a las consejerías y no pocos están pendientes del asunto: unos para hacer la suya después, pequeños retoques aquí o allá, otros para cruzar el puente en busca de destinos menos arriesgados y donde la vida sea más montar en un caballito de carrusel que ir en la montaña rusa desmelenado y con la boca inflada al viento. Y otro zasca: se vuelve a hablar de Ana Mestre como consejera -¿se postula?- y quién sabe si esta vez hay mar de fondo y es la buena o alguien interesado, a saber quién, lo lanza al viento para que éste lo esparza allende los mares.

El postuleo. El término se acuña de la fusión -aportación gramatical de este jardín de julio ofuscado uno por los efluvios de la calima y el bochorno- entre postureo, entiéndase por actitud artificiosa adoptada por conveniencia, y postularse, que es pretender algo. En política postularse es sinónimo de arriesgarse, peligroso, los compañeros están al quite del que amaga y nunca hay que olvidar aquello de “agacharse que vienen los nuestros”, que suelen ser más dañinos que los de enfrente -no se les ve venir, a los otros sí-. Ejemplo de postureo es el que ha dado esta semana José María Román, alcalde de Chiclana, que si en otra vida se reencarnara en animal sería un zorro de lomo plateado líder de la manada; su buena relación con el PP, sobre todo con Juancho Ortíz y Beardo, le ayuda a rascar de la Diputación y de hecho fue el único ayuntamiento del PSOE que participó en el reparto del remanente. Algún incumplimiento en el acuerdo del edificio de Tecnotur ha podido suceder o, parece, en lo que pactó a posteriori con Ortiz, que animó a que su grupo de diputados se levantara del último pleno por una modificación presupuestaria colada por el PP cuando, en realidad, aprieta más por lo suyo y lo otro le da más bien igual. Lícito, claro está, distinto es el papelón que hacen los demás levantándose por el bien de Chiclana.

Postularse es otra cosa. Hay quienes mueven piezas aquí y allá para cuando lo de Juan Espadas se decida, y aunque dicen que no se postulan, se postulean, que es como postularse a escondidas. Otros son expertos en el arte cual trapecistas que saben dar el salto en el momento justo para hacerse con el siguiente columpio, lo único arriesgado es soltar en el momento justo no sea que por centímetros se escape la barra del otro trapecio y uno acabe en la red, de haberla que no siempre es el caso y en ese caso, fin. El arte de postularse es toda una ciencia, sobre todo en el PSOE porque en el PP son más temerosos de Dios y solo algún salvaje suelto, ejem, se atreve a intrigar sin permiso.

Moscoso, que da publicidad en redes tanto a las tostás que se mete con Javi Pizarro en las ventas de la Sierra como al running que practica por los empinados de Villaluenga -para compensar la pringue, debe ser-, es todo un maestro, tanto que no sería de extrañar un master en su pueblo para inexpertos donde explicar con detalle tanta sabiduría acumulada en el arte de postularse, que, ya digo, es pretender: si mañana se instalara el The Lion Circus Arena en The papoyos avenue, se postularía a león no sea venga otro animal de fuera a discutirle el reino. Ruiz Boix, con quien mantiene trapecio hasta ver ambos el momento justo de la siguiente pirueta, es otro gran conocedor del término, no en vano ostenta varios récords en la acumulación de cargos gracias a su enorme capacidad para postularse.

Los postulantes siempre negarán su intención de postularse a nada bajo el recurrente y eterno “yo estoy al servicio de mi partido”, aunque de todos es sabido que esto no deja de ser un postuleo de libro.

Con el máximo afecto, siempre.

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