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Ucrania apela al éxito de sus ataques en Rusia para exigir libertad de acción a los socios

Uno de estos ataques tuvo lugar el 18 de septiembre, cuando Ucrania alcanzó un arsenal de munición ruso en la localidad de Toporets

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  • Soldados ucranianos. -

Ucrania ha lanzado en las últimas semanas los ataques contra objetivos militares más efectivos de toda la guerra, un hito que Kiev emplea como argumento para tratar de convencer a sus principales aliados de que le den libertad de acción para usar los mejores misiles occidentales también contra territorio de Rusia.

Uno de estos ataques tuvo lugar el 18 de septiembre, cuando Ucrania alcanzó un arsenal de munición ruso en la localidad de Toporets, en el óblast de Tver del noroeste de Rusia. El depósito servía para almacenar misiles de varios tipos, bombas aéreas guiadas y munición para artillería.

Según la inteligencia británica, que se refirió al arsenal alcanzado como uno de los más grandes de Rusia, en el ataque se destruyeron 30.000 toneladas de munición, una cifra corroborada por los servicios secretos estonios, que afirmaron que la cantidad de proyectiles destruidos equivale a la que emplea el Ejército ruso en un período de entre dos y tres meses.

Otro gran ataque ucraniano contra un objetivo militar dentro de Rusia tuvo lugar este mismo jueves de madrugada, cuando Kiev golpeó el aeródromo ruso de Jánskaya, en la república norcaucásica de Adigueya de la Federación Rusa.

Allí tenían su base varios aviones de combate que Rusia utiliza para bombardear Ucrania. Según fuentes de los servicios de seguridad ucranianos, en el momento del ataque había en el aeródromo un total de 57 aeronaves rusas, entre helicópteros y aviones Su-34 y Su-35.

Un día antes, el miércoles de esta semana, aparatos no tripulados de Ucrania atacaron otro arsenal, situado esta vez en la región fronteriza rusa de Briansk, en el que se almacenaba material de artillería y misiles. Entre el armamento guardado allí habría también material procedente de Irán y Corea del Norte.

Según el Ejército ucraniano, que reivindica con creciente frecuencia unos ataques a la retaguardia enemiga sobre los que antes guardaba silencio, en toda Rusia no hay más que una veintena de arsenales de las dimensiones del almacén en cuestión de Briansk, en el que se guardaban “decenas de miles de municiones”.

Un argumento para Zelenski

Estos dos certeros golpes a un aeródromo militar y un arsenal rusos se produjeron en plena gira europea del presidente, Volodímir Zelenski, para convencer a sus principales aliados de que deben levantar las restricciones que éstos siguen imponiendo a Ucrania sobre el uso de los misiles de mayor alcance que le envían contra objetivos militares situados dentro de Rusia.

Zelenski, su administración y el Gobierno ucraniano argumentan que emplear el mejor armamento con el que cuentan para destruir bases aéreas y depósitos de armamento situados dentro de Rusia mermaría de manera decisiva la actual superioridad aérea rusa y dejaría al Ejército del Kremlin sin una parte importante de las municiones que necesita para sostener sus avances lentos pero constantes en el este de Ucrania.

Para explicar su resistencia a dar este paso, Estados Unidos ha asegurado que la medida no cambiaría por sí misma el curso de la guerra.

Pero las cifras sobre el grado de destrucción logrado con los tres ataques proporcionadas por fuentes ucranianas y por los servicios de inteligencia de Reino Unido y Estonia, así como las imágenes de satélite difundidas por varios medios que confirman la destrucción casi completa de algunas de las infraestructuras militares rusas atacadas por Ucrania, invitan a pensar lo contrario.

Mientras espera que EE.UU., Reino Unido y Francia levanten a Ucrania la restricción de atacar objetivos militares en Rusia con su armamento más sofisticado, Kiev sigue esforzándose por desarrollar sus propios drones y misiles para lograr por sí misma el efecto devastador sobre la maquinaria de guerra rusa que según mantiene tendría el paso que reclama a sus socios.

En un análisis publicado este jueves, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) de Washington afirma que, de producirse con mayor frecuencia, este tipo de ataques podrían afectar de forma significativa a la logística de guerra rusa.

El ISW concluyó que el "levantamiento a tiempo de las restricciones en el uso de sistemas occidentales y el desarrollo continuado de las propias capacidades de ataque de largo alcance ucranianas podría permitir a las fuerzas ucranianas explotar de manera más efectiva esas vulnerablidades rusas" antes de que Moscú pueda reaccionar. 

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