“Quién conozca este libro en la tierra o quien lo tuviera escrito en su sarcófago podrá salir al día bajo todos los aspectos que pueda desear”, puede leerse, en escritura jeroglífica, en el capítulo 72 del Libro de los Muertos egipcio.
La frase 'Salir al día' o 'salida al día', es un título genérico que se ha conservado en muchos de los ejemplares del Libro de los Muertos y que explicita el objetivo de la obra, según la Fundación Arqueológica Clos, FAC, (www.fundclos.com), que organiza la muestra temporal ‘Salir al Día. El Libro de los Muertos de los antiguos egipcios’, que alberga el Museo Egipcio de Barcelona (MEB), en España.
Dicha 'salida al día' se refiere a que “el difunto, que después de los funerales se encuentra en la oscuridad de la tumba, desea acceder en el mundo de la luz, a esta dimensión donde es posible una nueva existencia”, según el MEB (www.museuegipci.com).
“Para ello, tal como aconteció con el dios Osiris, tiene que regenerar, en primer lugar, sus funciones vitales perdidas después de la muerte terrenal”, añade.
“A partir de aquí, para vivir en el Más Allá, además de conocer los habitantes y las regiones de este nuevo mundo, se tiene que unir al dios sol, Ra, con quien neutralizará a los numerosos y terribles enemigos que pretenden evitar la continuidad del ciclo vital”, puntualiza el MEB.
Vida después de la muerte
Explican que el “Libro de los Muertos es uno de los documentos más emblemáticos de todos los que nos han legado los egipcios. Es una obra compleja que ha sido tratada por los estudiosos desde diferentes puntos de vista, más y menos académicos”.
“Es un texto de carácter religioso de importancia fundamental al tratarse de una especie de guía y ayuda para todos los que aspiraban a una vida plena después de la muerte terrenal”, destacan.
Según la FAC “hay muchísimos ejemplares de Libro de los Muertos, normalmente redactados en papiro, que combinan textos e imágenes y están formados por un número variable de las cerca de 200 fórmulas que se conocen”.
Señalan que “los antiguos egipcios creyeron en la posibilidad de disfrutar de una nueva vida después de la muerte” y que “para conseguirlo, entre otras creaciones, imaginaron verdaderos ‘manuales’ con los textos y las imágenes necesarios”.
En ese sentido, el Libro de los Muertos o Libro de la Salida al Día fue el compendio de ideas religiosas más utilizado para resolver las cuestiones relativas a la vida en el Más allá, apuntan
Papiros, sarcófagos y tumbas.
Esta obra está formada por capítulos redactados en jeroglíficos cursivos, principalmente, aunque existen ejemplos para todos los tipos de escritura de época faraónica, según la FAC.
Su soporte más habitual es el rollo de papiro, con ejemplares que pueden llegar a tener varias decenas de metros de longitud, apuntan.
Estos papiros han sido encontrados dentro de los sarcófagos, en contacto con la momia, o en el interior de las figuras y las plataformas de la divinidad Ptah-Sokar-Osiris, por citar los contextos mejor documentados, según esta misma fuente.
Otros soportes utilizados para versiones más reducidas o para capítulos concretos fueron "las superficies parietales de tumbas y templos, sarcófagos, mortajas, mesas de ofrendas, estelas, vendas de momia, amuletos o cajas y estatuillas de ushebtis”, explican.
“No existen dos Libros de los Muertos idénticos. Cada uno está integrado por una selección de capítulos en función de factores como el presupuesto o las preferencias del cliente”, concluyen desde la FAC y el MEB.
Enigma envuelto en misterios
Vicente Barba Colmenero, doctor en Patrimonio y Arqueología, experto en arqueología del Mundo Antiguo en el Mediterráneo Oriental, ha coordinado un libro, que descubre las últimas investigaciones sobre los episodios más enigmáticos y secretos del país de los faraones, titulado ‘El libro de los muertos y otros grandes misterios de Egipto’.
“El Libro de los Muertos, una especie de manual funerario que se inscribía en los muros de las tumbas y los féretros, era un modo de asegurar que el difunto llegara al más allá sin contrariedades”, señala Barba en la presentación de esta obra escrita por arqueólogos y egiptólogos de prestigio internacional que trabajan sobre el terreno, investigando en necrópolis, poblados y templos de todo Egipto.
Este manual funerario es solo uno de los numerosos enigmas sobre esta “civilización imborrable que duró más de 3.000 años y desarrolló un complejo y sofisticado mundo espiritual con increíbles edificaciones como tumbas, templos, palacios y pirámides, así como momias eternas, numerosos dioses, sofisticados amuletos e increíbles tesoros”, según Barba.
“Es realmente increíble la gran cantidad de investigaciones que a diario se realizan en el valle del Nilo, pero aún hoy en día conocemos realmente muy poco de aquella cultura”, enfatiza este arquéologo (www.instagram.com/vicenbarba), vinculado a la Universidad de Jaén (UJA) en España.
Por ejemplo, “aún hoy en día se desconoce quien diseñó los sortilegios y enigmas, para llevar a cabo el tránsito hacia el Mas Allá, que se encuentran en las paredes de las tumbas y dentro de los sarcófagos y que componen El libro de los Muertos”, según explica.
Se sabe que “los amuletos que portaban eran fundamentales para poder realizar ese tránsito al Más allá, y la magia que se practicaba ayudaba a que todo el proceso se relazara con éxito”, explica Barba en una entrevista con EFE .
Pasado enterrado en el Valle del Nilo
A Barba le resulta sorprendente “cómo durante los 30 siglos que duró la cultura egipcia estos rituales se fueron adaptando y modificando, e incluso se practicaban de manera muy diferente, dependiendo de la región o la clase social”.
“Las investigaciones y nuevos descubrimientos en Egipto avanzan a diario, pero todavía sigue siendo un gran misterio la ubicación exacta de las tumbas, palacios y grandes construcciones de la gran mayoría de los faraones del Antiguo Egipto, y posiblemente tan solo conozcamos un 10% de toda la arqueología enterrada en el valle del Nilo”, reflexiona.
“Cuanto más nos adentramos en los rituales, misterios, amuletos y magia relativos a la muerte, de la antigua cultura egipcia, surgen más preguntas sin respuesta”, asegura Barba.
“Esa gran civilización llegó a un culmen en todos los aspectos de la vida, con fascinantes ingenios tecnológicos para construir templos, pirámides y grandes monumentos que nos sorprenden, son prácticamente imposible de replicar y a veces conducen a plantearse si ellos fueron realmente los constructores”, apunta.
“Esto nos enseña que una civilización puede llegar a alcanzar unos conocimientos tecnológicos increíbles, pero esos avances pueden desaparecer en pocos miles de años”, declara.
“Pensamos que dentro de unos años tendremos casas con robots y coches voladores que nos harán la vida más fácil, pero quizás las tecnología que hoy atesoramos y conocemos puedan olvidarse, y en un futuro no muy lejano podríamos volver a vivir en casas de adobes y construir pirámides en el desierto”, concluye, añadiendo más misterio a lo de por si misterioso.