Entre el 26 de octubre y el 4 de noviembre de 2024, el este y el sur de España experimentaron intensas inundaciones debido a lluvias excepcionales, que dejaron más de 220 víctimas mortales y graves daños en infraestructuras. Este evento,
analizado con el sistema de datos multi-satélite IMERG de la NASA, mostró elevados niveles de lluvia y acumulaciones importantes, representadas en colores de azul y amarillo para las tasas de precipitación, y verde y púrpura para la acumulación. La nubosidad también fue capturada en imágenes con tonos de blanco y gris, gracias a datos de satélites geoestacionarios de infrarrojo.
El origen de esta catástrofe
se atribuye a un sistema de baja presión en niveles superiores que quedó estancado al sur de España, generando un flujo de viento oriental a baja altura que afectó el Mediterráneo y la región centro-oriental del país. Según un análisis del modelo GFS del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, este fenómeno fue particularmente intenso el 30 de octubre de 2024 a las 00:00 UTC, cuando se registraron las lluvias más fuertes.
Además, las temperaturas del mar en el Mediterráneo occidental estaban por encima de la media para esta época del año, según el producto de datos de Alta Resolución Multiescala de la NASA.
Estas altas temperaturas, combinadas con el fuerte chorro de viento del este, aportaron gran cantidad de humedad, intensificando la lluvia en la región centro-oriental de España. Al final del día 4 de noviembre, las estimaciones de acumulación de IMERG alcanzaban más de 100 mm al oeste de Valencia, donde se registraron las peores inundaciones, con puntos aislados que superaban los 200 mm. En el sur, cerca de Sevilla, las acumulaciones fueron similares.
Estas estimaciones de IMERG mostraron un patrón de acumulación de lluvias coherente con las observaciones en superficie del Centro de Predicción Climática de NOAA,
así como con un análisis preliminar de datos de estaciones meteorológicas realizado por el profesor Francisco J. Tapiador de la Universidad de Castilla-La Mancha. No obstante, los totales registrados por IMERG en algunas áreas fueron incluso mayores que los observados en la superficie.