A punto de cumplir 76 años (lo hará el próximo 31 de julio), el obispo de Cádiz y Ceuta sigue encabezando la diócesis a la espera de conocer quien va a ser su sucesor. Antonio María Rouco Varela, reelegido hace unos meses como presidente de la Conferencia Episcopal Española, tendrá que presentar el próximo 20 de agosto su carta de renuncia al Papa, tal y como marcan las normas canónicas al llegar a los 75 años. Todo apunta a que Rouco Varela querrá dejar todo atado antes de alcanzar esa edad, y entre las cuestiones que tiene pendientes está precisamente la sustitución del obispo de Cádiz. De ser así, el nuevo Prelado de la Diócesis se conocería antes de que finalice el verano y podría estar en activo para la celebración del Bicentenario.
Durante este último año se han barajado varios meses. En marzo este periódico publicó la terna que más se maneja entre la curia gaditana. Por ahora, el nombre que suena con más fuerza es el de Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia desde el 3 de julio de 2003, nombrado entonces por el Papa Juan Pablo II.
Los otros dos nombres que figurarían en dicha terna serían el del obispo axuliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino y el del obispo auxiliar de Getafe, Rafael Zornoza Boy. Éste último sonó el año pasado para cubrir la vacante dejada en Palencia por José Ignacio Munilla Aguirre que pasó a encabezar la Diócesis de San Sebastián, pero finalmente el nombramiento no recayó en su persona.
Entre los trámites internos que sigue el Vaticano para designar al sustituto de un obispo por cuestiones de edad, se puede dar la consulta a diferentes sacerdotes, obispos de otras diócesis o incluso laicos sobre la situación de la diócesis y sobre quién podría ser la persona más idónea para sustituirlo.
Una vez que se designe al sucesor y que éste tome posesión, en el organigrama de la diócesis tan sólo se respetará el Colegio de Consultores, el administrador y el vicario judicial. El resto de cargos serán nombrados por el obispo.
En cualquier caso, desde la iglesia diocesana de Cádiz y Ceuta se mantiene el hermetismo habitual en estos casos, y se limitan a decir publicamente que lo que finalmente se establezca vendrá determinado por el presidente de la Conferencia Episcopal .
La sustitución de un obispo por otro por razones de edad es un hecho que hasta la fecha no se ha dado en Cádiz, ya que los obispos anteriores dejaron esta diócesis para trasladarse a otras.
Mientras tanto, Ceballos Atienza afronta con ilusión las próximas citas diocesanas, que pueden ser de las últimas al frente del Obispado. Entre las que espera con más emoción destaca el encuentro de los jóvenes cristianos en Cádiz el próximo 11 de agosto, como actos previos a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará dentro de un mes en la capital de España con la visita de Benedicto XVI.
Entre la curia gaditana también se comenta cuál será el destino de Ceballos una vez se retire de su vida en activo. Al parecer, la intención del Prelado es profundizar en su espiritualidad, haciendo vida monacal, pero de momento él prefiere guardar silencio y continuar con sus quehaceres habituales sin dar ninguna pista pública sobre sus pensamientos de futuro. Y es que para un hombre como él, Dios será el que marque su destino.
Durante este último año se han barajado varios meses. En marzo este periódico publicó la terna que más se maneja entre la curia gaditana. Por ahora, el nombre que suena con más fuerza es el de Amadeo Rodríguez Magro, obispo de Plasencia desde el 3 de julio de 2003, nombrado entonces por el Papa Juan Pablo II.
Los otros dos nombres que figurarían en dicha terna serían el del obispo axuliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino y el del obispo auxiliar de Getafe, Rafael Zornoza Boy. Éste último sonó el año pasado para cubrir la vacante dejada en Palencia por José Ignacio Munilla Aguirre que pasó a encabezar la Diócesis de San Sebastián, pero finalmente el nombramiento no recayó en su persona.
Entre los trámites internos que sigue el Vaticano para designar al sustituto de un obispo por cuestiones de edad, se puede dar la consulta a diferentes sacerdotes, obispos de otras diócesis o incluso laicos sobre la situación de la diócesis y sobre quién podría ser la persona más idónea para sustituirlo.
Una vez que se designe al sucesor y que éste tome posesión, en el organigrama de la diócesis tan sólo se respetará el Colegio de Consultores, el administrador y el vicario judicial. El resto de cargos serán nombrados por el obispo.
En cualquier caso, desde la iglesia diocesana de Cádiz y Ceuta se mantiene el hermetismo habitual en estos casos, y se limitan a decir publicamente que lo que finalmente se establezca vendrá determinado por el presidente de la Conferencia Episcopal .
La sustitución de un obispo por otro por razones de edad es un hecho que hasta la fecha no se ha dado en Cádiz, ya que los obispos anteriores dejaron esta diócesis para trasladarse a otras.
Mientras tanto, Ceballos Atienza afronta con ilusión las próximas citas diocesanas, que pueden ser de las últimas al frente del Obispado. Entre las que espera con más emoción destaca el encuentro de los jóvenes cristianos en Cádiz el próximo 11 de agosto, como actos previos a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará dentro de un mes en la capital de España con la visita de Benedicto XVI.
Entre la curia gaditana también se comenta cuál será el destino de Ceballos una vez se retire de su vida en activo. Al parecer, la intención del Prelado es profundizar en su espiritualidad, haciendo vida monacal, pero de momento él prefiere guardar silencio y continuar con sus quehaceres habituales sin dar ninguna pista pública sobre sus pensamientos de futuro. Y es que para un hombre como él, Dios será el que marque su destino.
