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?La administración ha cambiado ante los discapacitados, pero debe mejorar?

?El principal objetivo de esta casa es mejorar la calidad de los servicios?

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D esde que comenzó su andadura como estudiante, pasando por ser monitor de viajes, colaborador de actividades, agente vendedor y director de servicios de ventas, llega hasta lo más alto de su carrera profesional: director de la ONCE en Jerez. El pasado 18 de julio, Jaime Hernández Pino tomaba posesión de su cargo en la perpetua corporación, con la misión de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad visual.

—¿Cómo le ha ido en sus primeros días como nuevo director de la ONCE?
—Me ha ido bastante bien puesto que conozco a todas las personas del centro. Entré aquí en 1988 como afiliado y estudiante, y ahora he tenido la suerte de llegar a director en el mismo centro donde siempre he estado. Estoy encantado.
—¿Qué objetivos se marca en esta nueva etapa?
—El principal objetivo de esta casa es la calidad de los servicios. En el año 2001 se implantó un nuevo modelo de atención a los afiliados de la asociación. Actualmente, nos encontramos en una fase que pasa por mejorar la calidad de este modelo. Quiero procurar que los afiliados sean atendidos en el menor tiempo posible. La cifra se sitúa en los 65 días y queremos reducirla hasta los 20 y 25 días. Creo que lo podremos conseguir para finales de 2012. Alcanzar este objetivo significa, por supuesto, tener que estar pendientes al ingreso de las ventas de cupones ya que, como cualquier otra empresa, la asociación depende de esos ingresos para poder realizar los servicios.
—¿Cree que la Administración debe implicarse más?
—La Administración se debe implicar más con la ciudadanía y tener más en cuenta las necesidades de la discapacidad. Se debe prestar atención a que las vías sean accesibles para que los ciudadanos, como podría ser una mujer con un niño pequeño en un carrito, no encuentre la problemática de encontrarse con una moto mal aparcada en la acera. No es sólo culpa de los políticos, sino también de los técnicos. Si se hace más cómodo para los ciudadanos, también lo será para la propia Administración en lo referido al mantenimiento. Las administraciones son cada vez más conscientes de esto. Los grupos políticos se abren más a la ciudadanía, ya que necesitan ayuda de ella, y la ciudadanía a su vez, se abre más a los grupos políticos para demandar. La Administración está cambiando mucho, pero aún hay quedan muchas cosas que mejorar.
—¿Cuál es el secreto de la ONCE para que se haya mantenido durante 73 años como un modelo de organización?
—Trabajo, constancia y sufrimiento. Sufrimiento sobre todo por los primeros que empezaron. La ONCE comenzó en los noventa siendo una institución fuerte y dinámica. Anteriormente, el tema de entrar en la asociación y vender cupones era un trauma. Después pasó a una imagen que no era real, pero la sociedad creía que el cuponero ganaba muchísimo dinero. Eso sí, la ONCE tuvo una época en la que el cupón se vendía muy bien. Por varias razones invirtió en muchas empresas, como por ejemplo, intentar abrir otras espectativas para los afiliados y cambiar la imagen de la institución.
—¿En qué medida se ha mejorado la integración laboral de las personas con discapacidad?
—La ley, con sus posibles carencias, marcó un antes y un después en la historia de la ONCE. Después ha habido muchas modificaciones, algunas más aceptadas que otras por supuesto. Pero sobre todo, aparte de que las leyes sean necesarias, hay que mejorar la idea de que los discapacitados también pueden hacer cosas y que pueden rendir tanto o más que cualquier otra persona. Los discapacitados no son diferentes al resto de la sociedad, sino que son un reflejo de ella. Queremos que nos den las mismas oportunidades teniendo la misma formación para acceder a un puesto de trabajo. Ser discapacitado no significa que no vaya a ser productivo y rentable para una empresa. Hay muchas multinacionales que son conscientes y tienen en cuenta que los discapacitados mejoran cada vez más en las empresas.
—¿Cree que la Ley de Juegos les puede perjudicar?
—La Ley de Juegos era necesaria para todos. El gobierno necesitaba crear esta ley porque los sistemas telemáticos estaban permitiendo que cualquier empresa pudiera hacer cualquier tipo de juego, sin reglamentación ni seguridad ninguna para el ciudadano. Eso no podía ser así porque el mercado era prácticamente una selva en la que no había seguridad. Ahora, ni queremos ni pretendemos luchar con las grandes multinacionales del juego, pero es cierto que necesitamos ese pequeño espacio para poder sobrevivir y realizar una labor que es buena para la sociedad.
—En su opinión ¿qué es lo que aún falta por conseguir con respecto a los logros conseguidos por la ONCE?
Prácticamente todo. Hemos comenzado a andar un camino que realmente no tiene fin. El fin sería que todos los discapacitados estuviésemos integrados. Es como la utopía. Tenemos que seguir trabajando, aunque difícilmente lleguemos a alcanzar el final. Es un camino muy largo pero hay que mirar hacia delante y seguir avanzando. Creo que Jerez es una de las ciudades donde las personas con discapacidad está mejor atendidas por el resto de ciudadanos. La integración es muy buena. Es raro encontrarte a gente que no te ayude. Es una alegría encontrarte desorientado y poder contar con la ayuda y la compañía de la gente que te rodea.

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