La defensa de la fe, de la vida ejemplar de un cofrade, la verdadera tradición, y la Pasión de Cristo vista fugazmente desde los distintos misterios y titulares de las hermandades isleñas centró el pregón de la Semana Santa que Manuel Muñoz Jordán ha ofrecido este medio día.
Un pregón de hora y media donde tras un largo recorrido por sus memorias cofrades, que pusieron de manifiesto, no sin momentos emocionados, la larga trayectoria del pregonero en el seno de la cofradía de los Afligidos, donde llegó a alcanzar el cargo de hermano mayor.
Fue un pregón valiente, donde Muñoz Jordán hizo una férrea defensa de la familia y la tradición cofrade. De hecho, puso de manifiesto la importancia del compromiso cofrade por encima de otras cosas superfluas como “el toque del tambor”. Y estuvo lleno de mensajes y que ahondaron en la línea que también demanda la Iglesia y la propia sociedad. Apeló a un comportamiento coherente del católico y del cofrade, de forma que se predique con el ejemplo y manifestó que “debemos hacer hermandad y no cofradía”, en clara alusión al comportamiento de hermanos que debe existir en el seno de las hermandades.
“La cruz del cofrade es saber ser penitente todo el año, no apagar el cirio de tu fe cristiana durante todo el año”, fue algunas de las sentencias que Muñoz iba desgranando sobre el escenario del Real Teatro de Las Cortes, avaladas por la larga experiencia.
No faltó su crítica al aborto y también a los ataques que sufre la Iglesia y la cruz de Cristo, “que hasta las quitan de las escuelas”.
Pidió también un comportamiento activo por parte de los católicos a la hora de defender la fe. “Debemos quitarnos el antifaz y dar la cara cuando nos insulten”, manifestó.
No faltó el recuerdo a cofrades o sacerdotes fallecidos en el último año, como el Padre Juan Jiménez Zayas o Gerónimo Cobacho Pinto. Recordando también a Juan Arteaga Oliva, Paco y José Luna Núñez, Francisco Pérez Barbudo, Esperanza Márquez, Pedro Moreno Ruiz y otros tantos que “ya gozan del Reino del Padre”. Durante su intervención, Manuel Muñoz también tuvo palabras para Juan Macías Martín, hermano honorario de Afligidos, fallecido hace poco más de un año y medio.
No faltó el homenaje en su palabra, a Florencio Collantes Pérez, a quien le deseó una pronta recuperación.
El pregonero habló del simbolismo del hábito nazareno, del comportamiento y el testimonio que debe dar un hermano y apeló a que no concluya éste tras la salida procesional. “No apagues tu cirio, agárrate fuerte a la fe durante todo el año”.
Fue crítico con la falta de formación de muchos cofrades, con la importancia de la eucaristía y recalcó que “a una hermandad se va a servir, no a servirse”. Pidió también que los que busquen protagonismo en las hermandades, no lo hagan.
Deseó una fervorosa y devota Semana Santa, que cale en lo más hondo de los corazones de cuantos la presencia y concluyó “dentro de una semana, la espera habrá terminado y la Isla de León será una Jerusalén celeste. Mi Semana Santa, la que tanto me ha entregado viene para quedarse otro Domingo de Ramos”. Y terminó igual que empezó, con un fuerte aplauso del público asistente.
Fue el concejal y cofrade de la Soledad, Ángel Martínez Sánchez, el encargado de presentar al pregonero y lo hizo destacando su trayectoria profesional, familiar y cofrade. Recordó su forma de trabajo al frente del Consejo de Hermandades y pidió un mayor reconocimiento, a nivel de la ciudad y de la Iglesia para Manuel Muñoz Jordán.
El acto estuvo presidido por el arcipreste de la ciudad, el Padre Salvador Rivera Sánchez; el alcalde y presidente de la Diputación Provincial de Cádiz, José Loaiza Sánchez; y el comandante general del TEAR, Pablo Miguel Bermudo y de Espinosa.
La Banda Sinfónica Municipal de San Fernando fue la encargada de amenizar el acto, interpretando en honor del pregonero la marcha Jesús de los Afligidos, de José González García. Además de Amarguras, de Font de Anta y otras piezas para amenizar los prolegómenos, cerró el acto con los himnos de Andalucía y España.