Es sólo un caso, pero es más llamativo que otros que se conocen...
Es sólo un caso, pero es más llamativo que otros que se conocen. Los ingresos económicos que recibe la concejala isleña Carmen Pedemonte, en su día candidata a la alcaldía de San Fernando, tienen un extra muy suculento porque la contraprestración no supone ningún esfuerzo. La presidencia de la Comisión de Financiación de los Partidos, en el Parlamento de Andalucía, le reporta 629 euros mensuales. Sin embargo, a pesar de que pueda parecer que esta comisión tiene mucho trabajo y que su función es muy importante, no se reúne nunca y no ha hecho ni un solo informe en los 15 años de vida que tiene. No hay que culpar a Pedemonte por querer ganar más dinero, pero sí por no reunir a la comisión o disolverla si no tiene sentido. Y con ella hay que señalar a Pilar Navarro (PSOE), Pedro Vaquero (IU), Francisco Armijo (PP), Diego Valderas (IU) y Rafael Velasco (PSOE). Todos son miembros de esta comisión fantasma y por ello cobran entre 400 y 200 euros extra al mes. Todos ellos deberían reflexionar y tener en cuenta qué pensará un desempleado con hijos al que se le acaba el paro. Olvidando estos nombres, pero no las siglas tras las que se esconden ciertos personajes, queda constatado que PP, PSOE e IU, a pesar de las apariencias de rivalidad, al final juegan al mismo juego. Todos colocan a sus militantes en comisiones, consejos, consorcios, empresas públicas o sociedades donde, trabajen o no, tienen un sueldo que pocos pueden justificar. Lo más llamativo es que la comisión que debe vigilar por la correcta financiación de los partidos no se reúna nunca y, además, pague a sus miembros. El sistema está corrompido y salpica a quienes no tienen culpa, a esos políticos profesionales que ciertamente creen que su labor es mejorar los servicios que la administración presta. Mientras PP y PSOE no acepten una financiación privada con auditorías obligatorias y que sea imperativo legal mostrar el patrimonio de todos los cargos públicos, España seguirá siendo tierra fértil para que los corruptos y mangantes vivan sin dar un palo al agua gracias a los ciudadanos.