Miles de personas marcharon ayer en Nápoles contra la mafia, en la que es la mayor protesta de la historia contra el crimen organizado en el sur de Italia...
Miles de personas marcharon ayer en Nápoles contra la mafia, en la que es la mayor protesta de la historia contra el crimen organizado en el sur de Italia. En el estrado donde concluía la marcha apareció, sin previo aviso, el escritor napolitano Roberto Saviano, amenazado por la mafia napolitana por su libro Gomorra , en la que denuncia su entramado criminal y económico. Y es que parece que cada vez se tiene menos miedo a este entramado criminal que durante décadas ha tenido en vilo a muchos italianos. El miedo parece haberse dejado atrás y son muchos, más de cien mil italianos, los que se echaron a la calle para decir basta ya a la barbarie y a la criminalidad de la mafia que ha terminado con la vida de más de 500 fallecidos, italianos con nombres y apellidos que lucharon por conseguir la libertad en el Sur de Italia y que por ello les costó la vida.
Tratados como héroes, el acto finalizó con la lectura de todos los nombres de estas personas. Y es que el poder económico de estas organizaciones mafiosas es precisamente la base de que aún perduren en un estado de democracia como el que tiene Italia. En concreto son cinco las principales organizaciones: la calabresa Ndragheta, la siciliana Cosa Nostra, la napolitana Camorra y la apulense Corona Unita, las cuales manejan gran parte de la economía italiana, ya que solamente la primera genera 45.000 millones de euros al año proveniente del tráfico de droga, algo que precisamente es lo que les concede un poder extremo, capaz de sucumbir a políticos, agentes de los cuerpos de seguridad, jueces e incluso personal eclesiástico, llegando a todas las escalas de la vida italiana. Luchar contra este gigante es complejo pero las fuerzas vivas de las ciudades, sobre todo de Nápoles, se han puesto manos a la obra para combatir una lacra que ocasiona no sólo muertes, sino continuas amenazas, intimidaciones que al final terminan desgastando a los ciudadanos de a pie.
Es un paso importante el que se dio ayer. Pero este acto simbólico debe respaldarse con denuncias ante la justicia que garanticen, que poco a poco, estas mafias desaparezcan de Italia y con ellas los míticos personajes mafiosos que de la realidad saltaron a la ficción y con ella se propagó por todo el mundo entero.