Homenaje muy merecido

Lo del homenaje muy merecido, con ese superlativo, no son palabras mías, sino de la comisaria responsable y conservadora del Museo de Bellas Artes de la Diputación de Badajoz...

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Lo del homenaje muy merecido, con ese superlativo, no son palabras mías, sino de la comisaria responsable y conservadora del Museo de Bellas Artes de la Diputación de Badajoz, refiriéndose al pintor, escultor y muralista de talla nacional que estuvo afincado durante muchos años en la capital pacense, Guillermo Silveira García, mi hermano mayor, fallecido hace ya 21 años que, hasta su muerte, a los 65 años, fue pintor de muchos éxitos y premios en casi todos los certámenes en que participó, como igualmente con una magnífica crítica en sus exposiciones individuales y colectivas, éstas con famosos pintores nacionales. Y para no hacerme muy extenso voy a citar solamente algunos de sus galardones en las distintas capitales y ciudades importantes, como La primera cuerda rota, Medalla en la Exposición Nacional de Arte Contemporáneo, que se custodia permanentemente en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid, y cuyo cuadro fue trasladado hasta Badajoz en furgón blindado y con escolta, que permanecerá todo el tiempo de la exposición con una gran vigilancia, desde el 26 de marzo hasta el 31 de mayo de 2009, en total dos meses y días. También, destacando en la exposición de los 63 cuadros que se han podido reunir (de los 300 que tiene en museos, colecciones de empresas y particulares), ocupando nueve salas del museo, la mayoría de ellos de grandes dimensiones, destacado Palomas blancas sobre tejado gris, primer premio de la IV bienal Extremeña de 1970, que forma parte, con otros dos cuadros, de la colección permanente del Museo de Bellas Artes de Badajoz. Igualmente están presentes En una esquina cualquiera, Medalla de Oro del II Pabellón Municipal de Pintura de Sevilla, 1975. Siendo premiados en distintos concursos nacionales y regionales El puente, Payaso triste, Cerro de los humildes, Estructura nº 6, y Estructuras , ascendentes y espacios, Medalla de Plata al mérito artístico nacional, celebrado en Valencia en 1965, con una crítica general muy favorable. Y a todos esos méritos y algunos más hay que añadir que participó con otros pintores de gran talla españoles en la Exposición de Arte Español de Nueva York, Puerto Rico y Copenhague, exponiendo además en Amberes (Bélgica) y El Cairo (Egipto).

Me desplacé con mi esposa hasta Badajoz para el homenaje a mi hermano Guillermo en su inauguración el día 26 de marzo, a las ocho de la tarde, y allí me encontré con mis dos hermanas y también con la viuda de Guillermo y sus cinco hijas, siendo yo el representante de la familia Silveira para dicho acto. Habló primero el director del museo, después intervine yo, y para cerrar el acto la diputada que representa al presidente de la Diputación al estar ausente de la capital.

La sala espaciosa estaba abarrotada de personas en pie, autoridades de Badajoz, Mérida y Cáceres, pintores, escritores, poetas y otras clases de artistas, así como los representantes de los centros culturales de la capital, amigos de Guillermo y también personal de la Base Aérea de Reactores de Talavera la Real en donde Guillermo había sido capitán de Meteorología; alumnos suyos de la Escuela de Artes y Oficio Corvasí, por lo que terminado el acto se hacía difícil transitar por las nueves salas dedicadas a Guillermo, y las personas me saludaba afectuosas, porque según el comentario general yo había estado muy acertado en mi intervención oral hacia mi hermano. Y en aquel ambiente tan propicio me encontraba como flotando, y la comisaria me entregó un libro de 200 páginas tamaño folio, con la biografía de Guillermo y las fotografías de bastantes de sus cuadros, diciéndome el director del centro que 600 de aquellos libros iban a todos los museos de España y también muchos del extranjero y algunas pinacotecas destacadas.

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