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Acento andaluz

Barrabás y Jesús ante Poncio Pilato

Que nadie ose pedir responsabilidades a Poncio Pilato; que los ‘Barrabases’ están libres porque la Junta ‘regateó’ al juzgado los medios que necesitaba

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Soy agnóstico pero hay un relato bíblico que recuerdo cada vez que observo un tratamiento desigual inexplicable. Poncio Pilato, prefecto de Judea, indultó en la Pascua al asesino Barrabás, mientras condenó a muerte y mandó a la cruz a Jesús de Nazaret. La masa popular aclamó la liberación del bandolero sentenciando al profeta. Este pasaje crucial en el desenlace del Nuevo Testamento es perfecto para ilustrar el discurrir dispar de investigados –antes imputados- en la macrocausa de los Eres, sin querer restar con estas reflexiones ni un milímetro de gravedad a un episodio de corrupción intolerable.
Quienes querían el paseíllo de los ex presidentes de la Junta lo consiguieron. Manuel Chaves y José Antonio Griñán fueron el pasado miércoles abucheados e insultados a su entrada y salida del juzgado nº 6 de Sevilla. Tuvieron que escuchar, entre otras lindezas: “No hay pan para tanto chorizo” o “PSOE y PP, la misma mierda es”. Fue casi un linchamiento como las ejecuciones públicas de asesinos o ‘brujas’ en la plaza del pueblo en la Edad Media.
Un día más tarde, la jueza María Núñez archivaba la causa contra 12 particulares o empresarios de la Sierra Norte de Sevilla porque el delito del que se les acusaba había prescrito. Habían pasado 10 años y, por tanto, se marchan de rositas a sus casas. Nunca conoceremos si recibieron ayudas socio laborales fraudulentas.
Horas antes, en una conferencia en la Facultad de Derecho de Sevilla, la primera instructora de los Eres se lavaba las manos como Pilato y afirmaba sin sonrojarse lo más mínimo: “La prescripción de los delitos es por falta de medios. Nunca es culpa de los jueces”. Esta declaración, ejemplo de un corporativismo ciego como si sus compañeros de judicatura y ella misma fuesen infalibles, las formuló Alaya tras 5 años de instrucción en las que simultaneó varias macrocausas, para las que rechazó jueces de apoyo que le ofreció el TSJA.
Conclusión: que nadie ose pedir responsabilidades a Poncio Pilato; que los ‘Barrabases’ están libres porque la Junta ‘regateó’ al juzgado los medios que necesitaba, mientras que los crucificados políticos –pero todavía no judicialmente- sufrieron el suplicio social de ser humillados con un paseíllo innecesario para ratificar sus declaraciones hace un año ante el Senado. La diferencia entre la Biblia y los Eres es que la primera es ficción y lo segundo realidad.

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