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Escrito en el metro

La estalagmita parlanchina

Como otras ciencias naturales la geología vive uno de sus peores momentos en beneficio de las apuestas por disciplinas más utilitaristas

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Zerolín es una estalagmita de la cueva de Ardales. A pesar de su juventud, ronda los mil años. Desde su gruta, cuidada y estudiada por Pedro Cantalejo, ha observado un milenio de nuestra historia y lo ha ido escribiendo en capas de carbonato con tinta de gotas de agua que se deslizaban con mayor o menor rapidez dependiendo de la climatología de cada año. Celia Campa e Iñaki Vadillo han estado leyendo sus memorias con detalle usando las técnicas más avanzadas para precisar cada uno de esos momentos trascendentes que marcaron su vida en forma de escultura cónica.

Mi amigo Iñaki es un geólogo militante, un apasionado en demostrar que las rocas también nos hablan de nuestra historia, y buena prueba de ello son sus conversaciones con Zerolín. De él ha aprendido que hace mil años tuvimos aquí un clima muy similar al actual, y que hace 8 siglos se inició una pequeña edad de hielo que acabó hace tan solo unas décadas, cuando empezó a mostrarse el cambio climático que hoy padecemos. Por el Guadalteba y sus cuevas pasaron todas las culturas que se han consolidado en nuestra tierra. Siempre fue un protector Edén en el que había resguardos, agua, caza, buenas tierras almagras de cultivo y un clima sin grandes extremos a lo largo del año.

Como las otras ciencias naturales la geología vive uno de sus peores momentos en beneficio de las apuestas por disciplinas más utilitaristas para la especie dominante en la Tierra, la nuestra. Si el gigante de la civilización occidental está cojo por el desigual desarrollo de sus dos apoyos, la tecnología y las humanidades, el pie de la primera acabará torciéndose por la debilidad del apoyo de esa hipertrofiada extremidad que es el avance tecnológico. Sin la base del conocimiento de las ciencias básicas habrá un día en el que la civilización se quebrará por su difícil sustento vertical. Zerolín sigue activo en la actualidad, así lo afirma Celia. Serán necesarios muchos geólogos para conversar con esas formaciones extraordinarias de nuestra naturaleza aún por descubrir.  

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