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La salita de Moy

La Tómbola de la O, al fresquito de Triana

Llega el verano amigo. Te habrás dado cuenta, ¿verdad? El calor ya viste con el NO&DO en su pecho, con la camiseta de moda del Rancio...

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Llega el verano amigo. Te habrás dado cuenta, ¿verdad? El calor ya viste con el NO&DO en su pecho, con la camiseta de moda del Rancio. Soporífero, insoportable, agotador. Tantos calificativos como quieras pensar para unas temperaturas a las que es imposible que ningún ser humano se acostumbre en algún momento díscolo de su vida. Así que no te quedes en la puerta y entra a mi salita, que tengo puesto el aire acondicionado a 18 refrescantes grados y además te voy a mostrar la única sombra en Triana en la que podrás cobijarte esta semana.

Porque mañana y hasta el sábado se celebrará la popular Tómbola de la O y el barrio lo sabe. Llega una de las fiestas más populares no sólo de Triana, sino de Sevilla, y exceptuando la Feria o la Velá de Santiago y Santa Ana me atrevo a decir que esta se trata, por méritos propios, de una de las veladas más esperadas del año natural de la ciudad. Y llega en su trigésima tercera edición con la ilusión por bandera, porque los años aquí no pesan, sino que engrandecen y motivan a continuar trabajando a destajo por un fin tan hermoso como es el ayudar al crecimiento de la bolsa de caridad de la cofradía de la calle Castilla, donde se alberga ese bello cuento de hadas en el que las madres con entornos convulsos sí tienen la posibilidad de dar a luz y comenzar a caminar junto a su hijo con una cierta seguridad bajo el amparo de “Esperanza y Vida”.

Por supuesto, con la diversión en un marco incomparable como es el Paseo de Nuestra Señora de la O, a la orilla de un río que refresca en la noche y que tanto se agradece. Porque aquí obtendrás el mejor cobijo para enfrentarte a las altas temperaturas. Porque aquí no te faltará gloria entre actuaciones y buenas viandas. Y como no, la tómbola. Ese viejo punto de encuentro de familias y amigos que recorre mil ferias y que vivieron nuestros abuelos. Ese armazón de los deseos encontrados, en el que un simple llavero puede deparar en una felicidad incontrolable. Pues aquí son las mujeres las que la ponen en pie. Con infinitos regalos y papeletas que siempre tocan. Con sus delantales flamencos recorriendo las mesas en busca del euro más solidario. Y con el objetivo de hacer pasar un buen rato al que se acerca. Y no hace falta nada más, porque la Tómbola de la O es sencilla pero muy grande. Es el reflejo de esos morados nazarenos que cada Viernes Santo dictan por las calles de Sevilla que la Hermandad de la O es la esencia de Triana.

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