Chistes inteligentes, cuentos perversos

Publicado: 28/08/2019
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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Mientras que la clase trabajadora,se deje engañar por los multimillonarios de turno, el discurso de que el inmigrante “nos roba" estará servido.
En el mundo del humor la inteligencia se desarrolla en forma exponencial. Pocos ámbitos de la creatividad humana muestran con tanta intensidad hasta donde los mensajes concisos tienen la máxima capacidad comunicativa. Hasta niñas y niños de 8 años, aprenden aquello que les llega y retienen un conjunto de “chistes” que cuando los cuentan sorprenden.  Uno de ellos cargado de sabiduría es éste: Hablan dos personas y una le comenta a la otra algo. En ese momento esta le responde  – No me cuadra. La otra le contesta – Pues entonces redondea.

Con respecto a la inmigración, al salvamente de las personas refugiadas… tan cotidianamente reiterativa, este chiste viene muy a cuento, porque una respuesta hay que darles y dejarles prisioneras en un barco a la deriva o, peor aún, no recogerlos en el mar, no es ninguna alternativa humana.  Solo en una cabeza fascista, quizás quepa, pero sólo eso, ya que capacidad de razonar humanamente hablando les es imposible. Por ello a quienes “no le cuadra” el acogimiento de estas personas, se les debe obligar a que “redondeen”, por activa o por pasiva la acogida es la única opción posible. Porque el miedo a morir allí o en alta mar, es el mismo y allí la muerte es segura.

El discurso fascista de que ¡no vengan!, envenena las mentes de las gestes sencillas con aquello de que “vienen a quitarles el “pan y la sal” y precisamente estas mentes malvadas y perversas al servicio de los más ricos, de los más poderosos, se ven retratadas en otro chiste que navega por las redes y que dice lo siguiente: “Sentados a una mesa están un multimillonario, un obrero y un inmigrante. Encima de la mesa hay 1000 galletas. El multimillonario, en un rápido movimiento, se apropia de 999 galletas y mirando fijamente al obrero le dice: - Y ten cuidado que el inmigrante te quitará la que queda.”

De imbécil sería que el obrero mirara al inmigrante sin impedir que el multimillonario “a cuento de qué” se lleve todas las galletas. Porque es evidente que “galletas” hay para todas las personas que poblamos este fantástico planeta tierra. Mientras que la clase trabajadora, la que de verdad crea toda la riqueza, se deje engañar por los multimillonarios de turno, el discurso de que el inmigrante “nos roba” estará servido para mayor gloria y riqueza de las multimillonarias fortunas, que alegres observan al conjunto de “imbéciles” que se dejan desbalijar sus salarios, sus pensiones, sus ayudas a la dependencia…, quejándose encima de la acogida a las personas que lo necesitan. Chiste este muy macabro y triste que da la medida de la escasa inteligencia de los que creen los “cuentos” que les cuentan.

Fdo Rafael Fenoy

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