Cinco años después y a 10.500 kilómetros ha aparecido un canadiense que fue visto por última vez en 2012. Anton Pilipa, de 39 años, ha atravesado dos continentes descalzo, sin dinero ni identificación. Según parece, ha sobrevivido comiendo de la basura, recolectando fruta y gracias a la caridad de los desconocidos que iba encontrando a su paso.
El chico, que sufre esquizofrenia, desapareció en Vancouver (Canadá) en 2012 y ha sido encontrado caminando sin zapatos en plena selva amazónica. Y ante tal aventura su familia apenas da crédito, ya que hace bastante tiempo que se le creía muerto por la absoluta falta de pistas y noticias sobre su paradero.
Pilipa atravesó dos continentes pasando al menos por diez países empezando su camino en Canadá y pasando por Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Colombia, Venezuela, Argentina y Brasil. Además, este periplo incluyó 800 kilómetros en plena selva con los peligros naturales que ello conlleva.
Sin medicación para su enfermedad, parecía querer cumplir una extraña misión en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (Argentina), a la que llegó por su propio pie, pero no pudo acceder a sus contenidos por no tener identificación. Es decir, que viajó por diez países sin identificarse, pero no pudo entrar en una biblioteca. De locos.
Frustrado por esta negativa siguió andando y entró en Brasil, donde finalmente se le ha encontrado para alegría de una familia que lo ha vuelto a acoger con el cariño acumulado tras tanto tiempo sin tener noticias suyas.
