Arcos

Abel Porrúa cubre los 101 km de La Legión de Ronda al segundo intento

Invirtió 20 horas en finalizar la agónica distancia y promete hacer las cuatro carreras del calendario anual de La Legión, una de ellas en feria de Arcos

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  • El corredor Abel Porrúa ha experimentado una de sus mayores alegrías deportivas en los 101 km de Ronda. -

El deportista arcense Abel Porrúa acabó por primera vez los 101 km de La Legión de Ronda, en su segunda participación en esta durísima carrera que, no obstante, ha concluyó sin problemas físicos importantes y disfrutando de lleno de todos los pormenores de una prueba tan difícil y complicada de cubrir. “La carrera de los 101 km de La Legión es muy dura porque son muchas horas haciendo deporte, pero ha habido mucha gente que me ha ayudado, sobre todo mi familia, que es la que realmente sufre las inconveniencias de una actividad en la que te tienes que sacrificar bastante, como el tenerte que levantar a las seis de la mañana para entrenar o después de comer, con todo el calor, para habituarte a las altas temperaturas que te vas aa encontrar en la carrera rondeña. Ha habido gente que me ha ayudado entrenando conmigo o psicológicamente. También, indicándome la dieta que debo seguir para que el cuerpo me aguante a lo largo de tanto tiempo y tantos kilómetros”, cuenta Abel sobre el proceso de preparación seguido para poder culminar este gran desafío.

La primera vez que estuvo en esta carrera, Abel se retiró a los 60 km con terribles ampollas que le dejaron fuera de la carrera, pero en esta oportunidad su cuerpo ha llegado a resistir durante 20 horas para poder cruzar la anhelada línea de meta. “Venía conmigo un amigo mío que tenía ampollas desde el kilómetro 30, pero que no dio su brazo a torcer pese a que tuvimos que parar varias veces para aliviarle el dolor de las rozaduras. En realidad, tardé 24 horas porque me levanté a las seis de la mañana y entré en meta a esa misma hora del día siguiente. Mi compañero y yo nos dimos fuerzas y ánimos mutuamente para poder llegar al final. No me puedo explicar cómo a los 80 km de carrera podía ir corriendo todavía. Es algo incomprensible”, sostiene Porrúa.

La mítica prueba rondeña transcurre por diversas superficies y diferentes tipos de terreno como asfalto, pero los últimos 30 km se hacen interminables por se recorren de noche y en pleno ascenso desde el campamento de La Legión hacia Ronda. “Ahí fue donde demostramos que estábamos frescos porque desde el km 70 hasta la meta adelantamos a 600 competidores. Todo el mundo iba fundido, mientras que nosotros íbamos bien. Fue algo inexplicable. Ha sido una carrera en la que hemos disfrutado y que no nos ha dejado hechos polvo, como yo creía. Lo importante es hacer deporte y disfrutar haciéndolo. Estoy muy contento”.

 

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Abel Porrúa piensa seguir participando en todas las carreras de La Legión.

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