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Paso atrás en Gerena para coger impulso ante el Guadalcacín

Publicado: 03/04/2017
Feito en propia meta, Ballesteros y Gabi pusieron una distancia inalcanzable
C.D. GERENA            3
ARCOS C.F.               1


Gerena: Marco, Andrada, Cristian, Tore, Migue, Rafa Álvarez, Gabi (Serrano, 84’), Ballesteros, Carlitos (Giráldez, 72’), Marc Fraile y Álvaro (Chuli, 82’).

Arcos: Fran, Nano, Oca (Espada, 74’), Adri, David Feito, Zúñiga, Melo (Gabi, 69’), Jacobo (Zafra, 69’), Maqui, Juan Gómez y Antonio Sánchez.

Goles: 0-1 Antonio Sánchez (6’). 1-1 David Feito (p.p.) (38’). 2-1 Ballesteros (46’). 3-1 Gabi (81’).

Árbitro: Rivero Zafra (Jaén). Amonestó a los locales Chuli (banquillo), Cristian, Tore, Migue, Álvaro, Carlitos y Rafa Álvarez; y a Oca, José Herrera, Melo, Fran y a Zúñiga por dos veces, expulsándolo en el minuto 60.

Incidencias: Trigesimotercera jornada. Estadio José Juan Romero, césped artificial. Unos 300 espectadores.

El Arcos se vio frenado por el Gerena en su intento de llegar cuanto antes a la clasificación matemática a la promoción de ascenso a Segunda B y tendrá que seguir esperando a una mejor ocasión. A falta de cinco jornadas y 15 puntos por disputarse, los blancos aventajan en diez puntos al quinto de la tabla, el San Roque de Lepe, que ya está empatado con el cuarto, Algeciras C.F. El empate del Betis en casa ante la Lebrijana dejaba al Arcos la posibilidad de poner distancia de por medio y pegar un tirón en la cabeza de la liga de Tercera, pero la presión de la competición está pasando factura a los blancos y a los equipos que pelean por los puestos de promoción de la liga. No solo pinchó el filial verdiblanco, también cayó con estrépito el Écija en Utrera (5-1) y el Algeciras no pasaba del empate en casa frente al Ceuta. El único equipo que parece nadar a favor de corriente es el San Roque de Lepe, que ya huele el dulce aroma del play-off y amenaza al tembloroso Algeciras en una final de liga que promete grandes emociones.

Los de José Herrera salieron muy enchufados nada más pitarse el inicio del encuentro en el José Juan Romero. En principio, sorprendía el cambio de dupla central en la defensa arcense, entrando Oca por Gabi para meter a Melo en el doble pivote junto a Zúñiga. Las cosas no podían comenzar mejor ya que en el minuto seis, una falta lateral ejecutada con precisión por Zúñiga le ponía el esférico a Antonio Sánchez en bandeja para marcar el gol visitante. El Arcos encerraba en esos momentos al equipo local ejercitando una presión alta sobre la salida del balón de la defensa local, robando balones al equipo contrario y no dejando respirar a su oponente, que se las veía y deseaba para sacudirse el dominio del líder. Los blancos no dejaban de meter balones al área rojinegra, pero se les resistía el segundo gol, lo que daba esperanzas a los de Diego Román para echarse arriba en busca del empate y buscarle las cosquillas a una defensa visitante poco expeditiva. El regreso al titular de Melo le daba al Arcos mejor criterio en la creación de juego, pero una dosis más elevada de riesgo en defensa. Otro factor pernicioso en el líder era la ausencia de alguien que pudiera filtrar un pase de gol y la escasez de desborde por banda, a pesar de los esfuerzos de Jacobo y Juan Gómez por lograrlo. Los balones de Jacobo al área casi siempre los rechazaba o desviaba la defensa sevillana. La reacción y el despliegue de los locales los protagonizaban sus jugadores de banda, en especial Ballesteros, el mejor de su equipo, un tormento para la pesada retaguardia del líder, que no acababa de cogerle las vueltas a los peleones delanteros locales, en concreto, a Carlitos, que sacaba de quicio a Nano y Adri, a los que les forzaba a emplearse de forma diferente a la que acostumbran. Otro factor a tener en cuenta era la posición del medio centro Tore, muy cerca de su línea de cuatro pero cayendo a banda para ejercer un control férreo en la circulación de balón del Arcos, empleándose con la dureza que requería el choque en el momento oportuno. Igualadas las fuerzas, que no el marcador, al Gerena solo le quedaba marcar, aunque no se esperaba que antes del descanso David Feito rematase a propia la jugada del conjunto sevillano. Oca fijaba bien a Álvaro, pero la movilidad y velocidad de los hombres de segunda línea local pillaban la espalda a los medios de contención arcenses –Zúñiga y Melo– recuperando posiciones para llegar a tiempo al repliegue. El peligro local se acrecentaba en la recta final de la primera parte.

Nada más iniciarse la segunda mitad llegaba el segundo mazazo para el líder. En el saque de centro, un balón largo cogía a media salida a Fran, que no podía evitar el cabeceo a puerta de Ballesteros –¡otra vez el mismo jugador!– a puerta vacía. Parecía increíble que un balón de saque de centro echase por tierra el entramado defensivo de todo un líder, pero así fue. Había que remar   y tratar de igualar al menos, el punto era bueno con los resultados que se estaban produciendo en esos momentos, no había que perder la cabeza, pero esto es fácil decirlo desde fuera. El equipo se echó arriba y tuvo su mejor ocasión en una jugada de todo el equipo que habilitó a Juan Gómez para encarar a Marco y disparar a puerta. El portero gerenero arrolló al de Aznalcázar y el balón lo sacó Rafa Álvarez casi de dentro de la portería, por lo que el linarense Rivero Zafra debía irse para el punto de los 11 metros sin pensárselo dos veces… pero no fue así. La jugada sacó de quicio a los arcenses, que empezaron a perder los nervios y la concentración en el objetivo primordial: sacar punto fuera de casa para mantener las distancias. Desgraciadamente, una observación enérgica del capitán al árbitro fue considerada como menosprecio y Zúñiga, que ya tenía una amonestación, tuvo que marcharse al vestuario antes de lo previsto. Con un jugador menos, Herrera dio entrada a Gabi, Zafra y Espada para intentar la hazaña, pero el equipo había perdido el equilibrio y se balanceaba en el alambre ante las contras locales, que se presentaban en superioridad en el área de Fran. En una de ellas, Álvaro se internó por la izquierda hasta la línea de fondo, asistiendo a Gabi que llegaba libre de marcaje en el segundo palo y poniendo un 3-1 que era demasiado pesado para que el Arcos lo pudiese levantar en esas circunstancias. No había nada que hacer. Siempre nos quedará el Barbadillo para curar las heridas.

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