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Los autobuses de Madrid, contra el despatarre masculino

El Ayuntamiento de Madrid incorporará en los autobuses de la EMT unas pegatinas con una advertencia contra el despatarre masculino, ahora llamado manspreading, término acuñado para describir a los hombres que se sientan con las piernas abiertas ocupando dos asientos. El consistorio responde así una petición de Mujeres en Lucha y Madres Estresadas para pedir la inclusión […]

El Ayuntamiento de Madrid incorporará en los autobuses de la EMT unas pegatinas con una advertencia contra el despatarre masculino, ahora llamado manspreading, término acuñado para describir a los hombres que se sientan con las piernas abiertas ocupando dos asientos.

El consistorio responde así una petición de Mujeres en Lucha y Madres Estresadas para pedir la inclusión de señales informativas que intenten evitar este fenómeno. «Respeta el espacio de los demás» es la recomendación que aparecerá en los autobuses municipales, junto a un icono de un usuario que ocupa con sus piernas dos asientos.

Este icono es similar al que ya existe en otros sistemas de transporte a escala mundial, asegura el ayuntamiento. Y no le falta razón, ya que hace años una campaña similar funciona en el metro de Nueva York.

En cambio, la Comunidad de Madrid no tiene previsto tomar medidas concretas contra esta práctica porque el reglamento de viajeros ya contempla que no se puede invadir el asiento de otro pasajero, según ha indicado esta mañana el portavoz del Gobierno regional, Ángel Garrido.

Esta idea no es nueva en España porque hace pocas semanas ya habló de ello la CUP de Terrassa. Entonces, su portavoz afirmó que estos hombres «invaden el espacio vital de las otras personas, habitualmente mujeres, en una muestra de machismo y micro-agresión que puede incomodar a quien lo tiene que sufrir». Estas palabras provocaron muchas críticas y la mayoría de comentarios coincidían en que sentarse con las piernas abiertas es simplemente mala educación y no hay que mezclarlo con machismo ni desigualdad de género.

El «problema» es que el término manspreading resulta de mezclar «man» (hombre) y «spread» (extender), con lo que ya de entrada se culpa al género masculino de esta costumbre, que si bien es cierto se da más en los hombres, es también muy visible en mujeres.

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