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«Autotune», la polémica tecnología que utilizan «el 90% de los discos»

La inesperada baja de una participante de Benidorm Fest por la prohibición de uso del «autotune» en su canción ha recuperado un viejo debate sobre esta tecnología que permite afinar y añadir matices a la voz y que hoy en día «se emplea en el 80 o 90% de los discos», según dicen a Efe […]

La inesperada baja de una participante de Benidorm Fest por la prohibición de uso del «autotune» en su canción ha recuperado un viejo debate sobre esta tecnología que permite afinar y añadir matices a la voz y que hoy en día «se emplea en el 80 o 90% de los discos», según dicen a Efe los expertos.

Creado por el geofísico Andy Hildraband para tratar las ondas sísmicas y buscar depósitos profundos de petróleo, fue presentado en 1996 con su actual aplicación musical y solo dos años después fama mundial gracias a «Believe» de Cher, que incorporó esta herramienta de forma exagerada para robotizar la interpretación de la diva al hablar sobre la pervivencia del amor más allá de la muerte.

Se considera que fue el rapero T-Pain el que, al emplearlo de manera generalizada en sus temas, contribuyó a ponerlo de moda como recurso en el ámbito de la música urbana y a suscitar una ola en contra de la misma potencia que llevó a colegas como Usher a lanzar una recriminación histórica: «Autotune y T-Pain se cargaron la música para los que cantamos de verdad».

Veinticinco años después de su invención, la polémica quizás no está cerrada para parte del gran público, pero sí para la industria. Ale Acosta, productor y miembro de Fuel Fandango, se atreve a cifrar en un 80% el número de discos que en una u otra medida hacen uso hoy por hoy de esta tecnología, algo que ratifica su colega Alejo Stivel.

«En el trabajo de estudio está muy extendido. El 90 por ciento de las grabaciones van con autotune hasta el punto de que nos hemos acostumbrado a una afinación que antes de la existencia de esta tecnología no la registrábamos», señala el exintegrante de Tequila.

Ninguno de los profesionales encuestados por Efe se ha mostrado contrario a su uso si la canción lo demanda. «Es un recurso como cualquier otro (…); si realza la composición, adelante», indica Guille Mostaza, responsable de la factura de otro de los temas candidatos de Benidorm Fest, «Sigues en mi mente» de Marta Sango, que lo llevaba de partida y que él decidió eliminar.

«La clave está en el gusto a la hora de emplear las cosas. Luna Ki es una artista a la que no concibo sin autotune; es parte de su discurso futuristicodigital y, sin él, su apuesta tendría otro tono, así que entiendo que se haya retirado», considera el exmiembro de la banda Ellos y dueño del estudio Alamo Shock.

Así lo ha explicado también la protagonista de la polémica en un vídeo: sería como si un tema «hecho con guitarra eléctrica de repente fuese forzado a ser llevada a una guitarra acústica». «Perdería su fuerza», ha insistido al definirse como «intérprete» en el sentido amplio del término.

Para Stivel, no obstante, si alguien deja de actuar en vivo porque no le dejan tirar de una herramienta como esa «es porque no afina bien o no está muy seguro de sus capacidades de afinación».

El debate ha llegado de este modo a si un concurso como Eurovisión debería permitirlo. Javier Limón, ganador de un Grammy, 6 Latin Grammys y autor del libro «Memorias de un productor musical» que se publica esta misma semana, opina que «en la música no se deben realizar vetos frente a la tecnología».

«Cualquier cantante que vaya a Eurovisión va a utilizar un micrófono para amplificar su voz con un volumen que no tiene, un ecualizador para darle agudos que no tiene, un compresor para cambiar la dinámica y pegada de su voz e incluso una ‘reverb’ para darle espacio. No entiendo por qué no se puede utilizar la tecnología para darle un color o afinación», reflexiona.

Son muchos los que señalan en paralelo que el propio festival ha ido desproveyendo con los años a sus actuaciones del cariz de música en directo, al sustituir por grabaciones las orquestas y más recientemente por permitir también los coros enlatados.

«Eurovisión no es un concurso de habilidades vocales en principio y por eso me presenté», ha proclamado Luna Ki en su comunicado, antes de reclamar «un cambio» en la normativa para que «en unos años» se pudiesen ver proyectos más parecidos al suyo, «más electrónicos».

Mostaza, sin embargo, entiende que «esto es como cuando a una boda te piden que vayas de traje: son las normas, las tradiciones; si quieres ir en pijama, bañador o traje de buzo, no es el sitio indicado, mejor que no vayas».

Esa ha sido la posición de los organizadores de Benidorm Fest: «Con autotune no se podía cantar», porque «es un programa para elegir al representante de Eurovisión y eso tiene una normativa que va más allá de Televisión Española». EFE

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