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Barbate

La mayoría de las patrulleras de la Guardia Civil en Cádiz, "averiadas" o "inoperativas"

Aún así, aunque hubiesen estado en condiciones, "era una día de mala mar, era peligroso salir a navegar con cualquier tipo de embarcación"

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  • Patrullera de alta velocidad. -

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Cádiz tiene averiadas o inoperativas la mayoría de sus patrulleras desde antes del pasado viernes, cuando una lancha del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, con sede en Algeciras, fue enviada a identificar a los ocupantes de unas narcoclanchas en el puerto de Barbate, una misión en la que murieron dos agentes.

Según fuentes de las asociaciones de la Guardia Civil, la patrullera "Río Águeda" tiene la culata del motor de babor averiado desde el 4 de febrero; la "Río Irati" sufre una avería en el sistema de fondeo desde el 1 de diciembre del año pasado y la "Río Ulloa" había salido del varadero el martes, pero se descubrieron pérdidas de refrigerante en el intercambiador y no estaba operativa.

La "Río Cedena" , que había sido cedida por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil en Algeciras, también se averió la pasada semana.

Con ello, los medios del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, que actúa desde Sanlúcar de Barrameda a Barbate estaban bajo mínimos la semana pasada, denuncian.

Pero si las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil hubieran estado en óptimo estado, tampoco está claro que hubieran podido hacerse a la mar para identificar a los ocupantes de cuatro narcolanchas que llevaban desde el jueves refugiadas del temporal en la entrada del puerto de Barbate.

"Era una día de mala mar, era peligroso salir a navegar con cualquier tipo de embarcación. Con el mar así, se sale cuando no hay más remedio porque hay que salvar vidas", explica José Antonio Belizón, delegado en Cádiz de la AEGC.

De hecho las malas condiciones meteorológicas impidieron a las patrulleras de la Guardia Civil atracadas en la zona abandonar puerto e ir a ayudar a los compañeros de la Guardia Civil.

La Comandancia de la Guardia Civil en Cádiz pidió la colaboración de Salvamento Marítimo y de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera, pero sus naves tampoco pudieron salir por el mal estado del mar.

Según las fuentes, se sucedieron una "cadena de órdenes que llevaron a este caos".

Fue, cuentan estas fuentes, después de que el alcalde de Barbate, Miguel Molina, alertara de que había narcolanchas a la entrada del puerto.

"Hay veces que no se puede intervenir, ese día concurre que había muy mala mar y no teníamos los medios para actuar", ha señalado.

No obstante finalmente se llamó a Algeciras, y se decidió trasladar por carretera, en una furgoneta, la embarcación del Grupo de Especialistas en Actividades Subacúaticas (GEAS), con uno de sus miembros, Miguel Ángel Gómez, de 39 años, y cinco agentes de los GAR, entre ellos David Pérez, también fallecido.

Así se hizo a la mar una lancha de unos seis metros de eslora, la mitad de una de las cuatro narcolanchas, y mucho menos potente, una situación que lleva a las asociaciones de la Guardia Civil a cuestionar la cadena de órdenes que se dio aquella noche.

El mal estado de las patrulleras del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, porque algunas tienen más de veinte años y otras afrontan los desafíos del tráfico de hachís en las costas de Cádiz, ha hecho que el Ministerio del Interior tenga abiertos dos procesos de contratación para la adquisición de seis patrulleras de alta velocidad que irán destinadas en los próximos años a la Guardia Civil.

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