La historia de la devoción por la Virgen del Carmen en el pueblo marinero de Barbate

Publicado: 15/07/2024
El historiador y técnico de Cultura en el Ayuntamiento de Barbate, Antonio Aragón, relata la relación y de los hitos más destacables de la Virgen del Carmen
El culto a la Virgen del Carmen es muy antiguo en España. Un carmelita del siglo XVI afirmaba que España era como un monasterio carmelitano, por la cantidad de cofrades que la Orden tenía y que portaban el santo escapulario. Desconocemos, sin embargo, hasta qué punto los nuevos pobladores que llegan a Barbate a fines del XVIII tuvieron que ver con su veneración inicial. Quizá sea significativo a este respecto el hecho de que la Virgen del Carmen sea la patrona de la capital de Malta, La Valeta, lugar de nacimiento de Pablo Malia y algunos de los compatriotas que van a recalar por esta zona a finales del siglo XVIII.

Más probable, sin embargo,es que en la devoción a la Virgen del Carmen haya tenido mucho que ver la gente de la almadraba procedente de la zona de Huelva, en cuya diócesis se halla muy presente desde antiguo, con los focos de las parroquias de Ntra. Sra. del Carmen y de la Purísima Concepción; Punta Umbría, Isla Cristina, Punta de Moral, El Rompido y La Antilla, o Mazagón... Lugares todos, en definitiva, muy vinculados, no solo al mundo almadrabero y a los trabajadores del atún que van a recalar en Barbate, sino también, al ámbito de la pesca de cerco y jareta que desde inicios del siglo XX se irá imponiendo en nuestra localidad.

 

La Virgen del Carmen en Barbate

Hasta 1879 no tenemos noticias de una imagen carmelita en la iglesia de Barbate, denominada esta de San Paulino, precisamente cinco años después de que se instalara la primera almadraba contemporánea frente a la localidad, aunque aquella imagen resultaba muy modesta, puesse trataba de un lienzo con un marco dorado que la representaba.

En 1883, el padre Avalo refiere en un inventario una Virgen de talla para la se ha adquirido un vestido de lana carmelitano. Es más que probable que esta Virgen quede de forma permanente con esta advocación, pues la talla fue donada por D. José Pérez, casi con toda seguridad un capitán de almadraba de origen benidormense, iniciándose una vieja tradición que vinculaba estrechamente donaciones del mundo almadrabero, sea de dueños o capitanes de almadraba, con la Virgen del Carmen. Y es que la veneración a esta Virgense había hecho ya muy popular entre los marineros, no solo del mundo almadrabero, y parece que dedicarle ofrendas en la aldea con ocasión de superar los numerosos peligros arrostrados en la mar era costumbre extendida. Una noticia harto curiosa de 1888, publicada en el periódico La Correspondencia de España,nos lo recuerda:

Desde Huelva escriben a un colega, que hace unos días, atravesando el Estrecho de Gibraltar el falucho Aurora, de la matrícula de Conil, con viento S.E. y a tres millas, próximamente de la costa de España, vieron sus tripulantes a corta distancia una ballena de tamaño colosal. Al poco rato observó el patrón por la proa una sombra en el agua que creyó fuese proyectada por un celaje, pero al instante mismo en que el barco entró en ella, quedó en seco como por encanto. El barco quedó acostado sobre el cetáceo y en tan difícil situación permaneció durante un tiempo, hasta que a la ballena le dio la gana sumergirse de nuevo.

Al flotar otra vez, hacía el falucho gran cantidad de agua, hasta el extremo de no poder dominarla, por lo cual viese obligado a penetrar en el río de Barbate y vararse. Entonces se vio que tenía partido el pie de roda y más de una vara de su quilla.

Los pescadores llegaron a tierra consternados, y cumplieron la promesa que habían hecho en el momento del conflicto de costear una misa a la Virgen del Carmen.

No parece que la narración de este hecho haga demasiadas concesiones a la fantasía. Las ballenas y otros cetáceos frecuentaron el Estrecho desde tiempo inmemorial, y en la década de los 20 del siglo pasado llegaron a capturarse 25.000 ejemplares por una compañía ballenera noruega establecida en Algeciras. Todavía hace sesenta añosla mar arrastró un cachalote a la playa de la Yerbabuena, cuando ya estos animales se hallaban en franco peligro de extinción.

Volviendo a la Virgen del Carmen, parece, por tanto, que la advocación carmelitana se encontraba sólidamente asentada a fines del siglo XIX. Tal cosa podría deducirse de un suceso ocurrido en 1889, apenas un año más tarde que el anterior, narrado por el periódico La Iberia. Un falucho de Barbate, faenando en las costas de Huelva, fue sorprendido por un fuerte temporal, estando a punto de irse a pique con los seis hombres que lo tripulaban:

Uno de estos, para no ser arrebatado por las olas, que le llevaron la gorra y el capote de agua, tuvo que arrojarse sobre la cubierta y asirse al palo de la vela. Los infelices tripulantes ofrecieron en aquellos angustiosos momentos seis misas a la Virgen que se venera en la aldea de Barbate…, de cuyo vecindario recogieron limosnas para cumplir su voto.

La Virgen que se veneraba en Barbate en ese momento, eraprincipalmente la de La Oliva, aunque, según hemos comprobado por la noticia de 1888, y dada su vinculación al mar, es más probable que los pescadores hayan hecho sus votos a la Virgen del Carmen, máxime teniendo en cuenta que el suceso de la ballena debió recalcar su papel protector sobre los marineros.



La Virgen de la capilla del puerto

Desconocemos, con todo, en qué momento se adquirió aquella primera imagen de la Virgen del Carmen, pero a principios de 1908, acontece una interesante novedad,el capitán de la almadraba, D. Juan Bautista Pérez y su esposa Dª Vicenta Pérez donaron otra imagen, según Sebastián Bernal, porque la existente resultaba bastante pequeña, imagen que estaría saliendo en procesión hasta el año 1938, fecha de adquisición, como veremos de otra nueva, siendo la de 1908 la que hoy se haya instalada en la capilla del puerto.

Y es que todo parece indicarque en Barbate, en lo referente al culto,se habían puesto de acuerdo los almadraberos y el resto de los trabajadores del mar. Entre los primeros, existía desde la época de Romeu Portas, y aún existe, la costumbre de donar al pueblo un atún, el conocido “atún de la Virgen del Carmen”, sacado del copo en la primera “levantá”. Según afirma también Sebastián Bernal, que remonta la tradición a la almadraba de Zahara, este atún se escogía entre los ejemplares de más peso, con la salvedad de que no lo podía herir el bichero o cloque, como ocurría con todos los demás. Una vez ronqueado, su carne era repartida entre los pobres de la población.

Dada esta vinculación con el mundo almadrabero, nada extraña que el primer colegio que tuvo Barbate, inaugurado en 1922, se llamase “Nuestra Señora del Carmen”, y que fuese donación de la familia almadrabera por excelencia, los Romeu, por lo que puede considerarse además que para este año se hallase su advocación plenamente extendida entre los barbateños. Además, el colegio se destinó a enseñar las primeras letras a los hijos e hijas de los almadraberos, cuestión localmente aceptada por tratarse la pesca del atún la principal de la localidad en ese momento, con más de 500 personas trabajando en barcos e instalaciones. A tono con la importancia de la almadraba Ensenada de Barbate y con su dueño, vinieron egregias figuras parar la inauguración del colegio: además del Gobernador Civil y el Obispo, el futuro presidente de la II República y diputado a Cortes, Niceto Alcalá Zamora, y el futuro general que intentaría acabar con aquella república, José Sanjurjo, en ese momento máxima autoridad en el Protectorado de Marruecos, desde donde llegó en un aeroplano.

Por aquellos años ya se estaba haciendo patente el lamentable estado de la iglesia de San Paulino, situada donde hoy se haya la Casa de la Cultura, lo cual obligó a proyectar otro templo. Este se abrió en 1937, denominándose ahora Iglesia de la Virgen del Carmen y San Paulino, ubicado en la confluencia de las calles Calvo Sotelo y Colón.

Con todo, la Virgen de la Oliva seguía siendo la advocación mayoritaria, un culto que reflejaba el origen poblacional de Barbate y su dependencia administrativa de Vejer. No obstante, determinadas circunstancias estaban vaticinando aires de cambio.

 

La segregación y la nueva imagen

No fue hasta 1938 cuando, a raíz de la segregación del municipio matriz, se comienza a perfilar un cambio de signo, intentándose una sincronización religiosa con el nuevo panorama político. Tal cambio se operaba por partida doble, pues por un lado, a nivel local, Barbate se independizaba de Vejer, y por otro, a nivel nacional, aparecía un nuevo régimen personificado en la figura del general Franco.

La instrumentalización religiosa desde el poder, sostenido por el ideario del nacional-catolicismo,principal referente de la política cultural del franquismo, favoreceel incremento en los pueblos marineros de la devoción por la Virgen del Carmen. Los actores políticos locales aceptaron gustosamente los términosen orden a que la separación administrativa de Vejer tuviese su corolario en una advocación religiosa distintiva, cuestión que incluso se plasmaría desde el principio en el propio escudo municipal. En él, aparecen las enseñas carmelitanas, primero, unidas a las de la casa del Conde de Barbate, el gran almadrabero, y, más tarde, a las de Franco, con lo cual se cerraba el círculo singular de Barbate frente a Vejer, a la vez que se vindicaba la existencia, no ya de una nueva etapa, sino de un comienzo: Francisco Franco, fundador de Barbate, podía leerse en una divisa que rodeaba al propio escudo municipal.

Hasta entonces, la Virgen de la Oliva en Barbate, como la Virgen de las Virtudes en Conil, protagonizaba las fiestas patronales, quedando una velada para la Virgen del Carmen, cuya fecha quedaba supeditada a los lunarios, o sea, al ritmo estacional de la pesca. La Virgen de la Oliva venía siendo la patrona de los barbateñosno solo por cuanto Barbate no era más que “una calle de Vejer”, sino también porque la sostenía una veneración de gran raigambre popular, lo cual explica por qué una romería que tenía por objetivo ir caminando hasta su santuario, siguió uniendo a barbateños y vejeriegos más allá de las decisiones políticas.En pocas palabras, el sentimiento popular, por encima de las instituciones, se negaba a abandonar un espacio que iba más allá de lo religioso, implicando una relación arraigada en las conexiones familiares.

En cualquier caso, el 14 de diciembre de 1938, sancionada definitivamente la independencia, se bendice una nueva talla de la Virgen del Carmen, adquirida con dinero proveniente de una suscripción popular, que logró recaudar dos mil pesetas, y tallada por  Eduardo Espinosa Cuadros, según nos informa Francisco Conde Malia. Unos días más tarde, se constituye la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen.La imagen no registrará una restauración de calado en cincuenta años, aunque en 1947 fue retocada después de un incendio en la iglesia la había dañado parcialmente, y tal vez con ocasión de su traslado a Cádiz..

La advocación carmelitana cobraba nuevo impulso de la mano del nacimiento del Barbate independiente, y también del régimen militar, el cual tenía a la Virgen del Carmen como Patrona de uno de los tres ejércitos. Se la consideraba patrona de todos los navegantes, y como tal, estaba oficialmente vinculada con la Armada desde el 19 de abril de 1901, fecha en la que se la había proclamado Patrona de la Marina de Guerra. Cierto que los hombres de mar no veneraban a una única imagen, sino que, en función de su origen, se encomendaban a una u otra, pero al favorecer esta advocación se fomentaba también la uniformidad de cultos, además de recalcarse una tradición mariana en unos marineros que, si bien acudían raramente a la iglesia, veneraban a su Virgen en la medida que sentían su protección benefactora en una actividad sumamente peligrosa, donde naufragios y desgracias se sucedían  a diario.

En virtud de la vinculación de la Virgen del Carmen con la Armada, parece que es un hecho de no poca importancia para el aumento de su advocación el traslado a  Barbate de la Ayudantía de Marina en 1937. No era la primera vez. Establecida en la aldea a fines del siglo XIX, encabezando el distrito de Barbate, el 25 de noviembre de 1901 el gobierno ordenó, junto con la Comandancia de Carabineros que residía en Vejer, su traslado a Conil. La razón que se alegaba era el emplazamiento del telégrafo estratégico en este último pueblo, situado en el centro de una extensa costa siempre amenazada de alijos de contrabando. Pero lo cierto es que en el centro de aquel distrito, que comprendía la costa entre Zahara y Conil, se hallaba Barbate, y la reivindicación de su vuelta había ido creciendo a medida que los hacíala flota de pescabarbateña, cuya importancia a la altura de 1937 superaba a la mayor parte de los puertos españoles.

La coexistencia del fervor por las dos vírgenes más tradicionales en Barbate venía también favorecía por la diferencia de su protagonismo festivo. Si la romería de La Oliva se hacía a pie hasta su santuario, la de la Virgen del Carmen hacía honor a su vinculación marinera, sacándose la imagen a navegar, antiguamente por el río Barbate y hasta la playa cuyo nombre ostentaba, y tras la inauguración del puerto solo y exclusivamente por la playa. Y es que la principal playa de Barbate no solo ostentaba el nombre de la Virgen, sino que tradición dictaba que nadie se bañase en sus aguas antes del día del Carmen, el 16 de julio.

 

El viaje de la Virgen del Carmen a Cádiz

Entre las efemérides más importantes que se recuerdan en torno a la Virgen del Carmen, la primera sin duda tuvo lugar a los nueve años de la creación de su Hermandad.

El día 4 de mayo de 1947, la Virgen del Rosario de Cádiz, advocación popularmente muy arraigada entre la marinería gaditana y patrona de la ciudad, es objeto de solemne Coronación. El Obispo de Cádiz y Ceuta, Tomás Gutiérrez Díez, convoca a todas las patronas de los distintos pueblos a una procesión magna por motivo de tal evento. El anterior 16 de abril la Junta de la Hermandad había decidido, “por coincidir la citada Coronación en tiempo de lunario”, que acudiese la Virgen del Carmen, embarcada en el falucho Dolores Castro, propiedad de Juan Bernal.

El día 3 de mayo, a las tres de la tarde y en medio de una lluvia torrencial, sale de Barbate para Cádiz el primer autobús de la empresa Comes cargado de peregrinos. Mientras tanto, se procede a trasladar la Virgen al puerto, hecho que se verifica en un camión, dado que la lluvia no cesaba. La salida para Cádiz se había previsto a las dos de la madrugada del siguiente día, pero la amenaza de que el temporal arreciara, obliga a adelantarla. A pesar de que el comandante de Marina, José Gómez de la Torre,que encabeza la comitiva, ha prohibido que se embarquen mujeres y niños, los sesenta faluchos que han acudido a la llamada, van abarrotados de gente, la mayor parte no se ha montado en su vida en un bote, pero quiere acompañar a la Virgen. A las once de la noche, con la imagen en la popa, inicia su salida el Dolores Castro, siguiéndole el resto de la flota.

A la vuelta del cabo Trafalgar, el temporal se intensifica. Los barcos navegan cabeceando peligrosamente, mientras que, bajo cubierta, muchos peregrinos sufren  vértigos y vómitos. Tan mal pintaba el estado de la mar, que a la altura de Conil, el patrón del Dolores Castro ordena que se le quiten a la Virgen las joyas, el escapulario, la corona y el niño, además de cubrirla con un capote de agua y amarrarla lo más firmemente posible.

Como el temporal no amainaba, el comandante de Marina ordena entrar en Sancti Petri, mientras el resto de la flota decide seguir hasta Cádiz para esperar a la Virgen en su puerto. Mientras tanto, de Barbate salen para Cádiz quince camiones cargados de peregrinos. Portan distintas pancartas para exhibirlas en la procesión prevista por la mañana. En una de ellas puede leerse “Con la Virgen del Carmen hasta el morir”.

A las siete de la mañana del día 4, amanece en Cádiz un día espléndido. La gente de Cádiz acude a recibir a los 3.000 peregrinos barbateños que llegan por tierra, y que entran en la ciudad en medio de “vítores, cánticos y un concierto de bocinas”. En total, 6.000 personas, entre las que se incluye el Sr. Obispo, se preparan para acoger en el puerto a la Virgen, que entra en el Dolores Castro a las siete treinta seguida por los sesenta faluchos de Barbate. Sirenas, cohetes, la banda de música de Barbate, una marea humana…los muelles de Cádiz, según registra la crónica del día redactada por el padre López, son un verdadero espectáculo.

Colocada la Virgen en el paso, se encamina, a la par que el resto de patronas a la plaza de la Catedral. Después de la pontificial, se dirige en procesión hacia la plaza de San Antonio, lugar de la Coronación de la Virgen del Rosario. Los pormenores del acto son radiados a toda España, las calles de Cádiz especialmente la calle Ancha, registranun hervidero de personas a las que acompaña un día espléndido.

Al día siguiente, a las siete de la mañana, la Virgen del Carmen vuelve a embarcarse en el Dolores Castro para regresar a Barbate. Toda la flota arribaría a puerto a las doce treinta horas, dándose cita numerosos barbateños para acompañarla hasta el templo.



Patrona oficial de Barbate

Aun habiéndose celebrado fiestas locales en honor a la Virgen del Carmen desde fechas anteriores a la segregación del municipio matriz, y venerada de hecho y cada vez con mayor devoción tras 1938, canónicamente, como ha argumentado José Fernández Malia, la patrona de Barbate seguía siendo la Virgen de la Oliva. La separación administrativa de los pueblos de Vejer y Barbate no parecía acompañarse de los deseos que animaban los corazones de los barbateños, que sin dejar de encomendarse a la Virgen del Carmelo, no querían renunciar a la vieja tradición, en la que la mismas fiestas locales se habían organizado en honor de su antigua patrona.

Pero años de trabajo de la Hermandad del Carmen, unidos a la decadencia de la romería de La Oliva, habían socavado la vieja y querida devoción local. Las nuevas generaciones se sentían cada vez menos vinculadas con un santuario que después de 1938 había quedado en el término vejeriego. No fue, en cualquier caso, algo intensamente reclamado, pues con ser vecinos Vejer y Barbate, no existía una animadversión en sus habitantes como ocurría en otros lugares de nuestra geografía apenas separados entre sí, como acaso algunos encontronazos a nivel institucional y la mano de algún alcalde sin consideraciones, pretendía alentar. De hecho, muchos barbateños y barbateñas no han dejado de acudir al templo de La Oliva a realizar sus ofrendas, sin que ello, por supuesto, signifique que dejen de hacer lo propio con la Virgen del Carmen.

Así las cosas, el 4 de diciembre de 2009, en sesión extraordinaria, la Junta de Gobierno de la Hermandad del Carmen, presidida por Rosa Moreno Domínguez, recogió en el orden del día la “iniciación del proceso de Patronazgo de la Imagen de Nuestra Señora la Virgen del Carmen”. Aprobado dicho punto y trasladado al cabildo, el día 22 de abril de 2010 se registraron los documentos requeridos en la Cancillería del Obispado de Cádiz y Ceuta.

Fue un proceso relativamente breve. El 16 de septiembre de 2010, el Vicario General del Obispado de Cádiz informaba que “el Papa Benedicto XVI, y en su nombre el cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, acogiendo la petición presentada por Monseñor Antonio Ceballos Atienza, Obispo de Cádiz y Ceuta, quien le transmitía los deseos del clero, los religiosos y los fieles de Barbate, ha proclamado a la Santísima Virgen del Carmen Patrona de dicha población”.

Siguiendo con las distinciones, el 9 de abril de 2011, en sesión plenaria de carácter extraordinario, el Ayuntamiento de Barbate nombró Alcaldesa Perpetua a la Virgen del Carmen.

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