Como cada año la Navidad llega a nuestras casas con el optimismo que nos generan las luces y el colorido que lucen en nuestras calles, viviendas, lugares de trabajo y demás en unas fiestas que son, más allá del simbolismo religioso, la celebración del agradecimiento a la vida. Tal vez sea por eso en estos días del año sean cuando añoramos con más pena las ausencias, y suframos la nostalgia de las navidades pasadas. No obstante, debemos de saber valorar lo que tenemos hoy, sin olvidar lo que aquellos que no están vivieron con nosotros. Sé que, desde algún lugar, no sé dónde ni de qué forma, pero en algún sitio, nos observan y desean vernos brindar por estas navidades, y por el año nuevo con una generosa sonrisa en nuestro rostro y con el corazón lleno de nuestros recuerdos.
El año se despide dejándonos un panorama poco tranquilizador en lo social, las guerras en el corazón de Europa, la tensión entre las dos Coreas, el conflicto armado en Oriente Medio, el nuevo gobierno sirio, y Trump. En España, los casos de corrupción que parece que están, pero nadie confirma, preponderancia de los insultos entre políticos a las propuestas que den soluciones a los problemas ciudadanos, exigencias de políticos exiliados a quienes nos gobiernan, etc… Pero lo cierto es que al final saldrá el sol de nuevo porque a pesar de todo, este 2024 nos ha dejado algo incuestionable y es la solidaridad y humanidad de la gente de a pie de este país con aquellos que más lo necesitan.
Desde este pequeño rinconcito que durante tantos años me viene permitiendo este medio de comunicación expresar mis pensamientos, quiero agradecer a aquellos que un día tendieron la mano para ayudar a otro para seguir adelante, porque al fin y al cabo es eso lo que nos enseña la Navidad, el renacer ante las dificultades y creer en un futuro mejor. Por ese motivo quiero desearos a todos, que estas fiestas de Navidad las disfrutéis como siempre, recordemos como nunca, agradezcamos al que nos ayudó y trabajemos para que seamos mejores este año 2025.
