La Policía Nacional ha desarticulado una trama criminal, asentada en Benalmádena (Málaga), que suministraba, a media escala, todo tipo de drogas en festivales, fiestas privadas y asociaciones de fumadores de cannabis en la Costa del Sol.
Tras la investigación, los agentes han detenido a cinco hombres y una mujer, de edades comprendidas entre 24 y 34 años, por su presunta responsabilidad en los hechos, según ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.
En el marco del operativo, se han practicado media docena de registros en inmuebles situados en los términos municipales de Benalmádena y Torremolinos, interviniéndose 6.768 gramos de MDMA; 859 gramos de cocaína rosa; 2.282 gramos de ketamina; 13.727 gramos de marihuana; 1.775 gramos de hachís; 29 gramos de cocaína; 2.000 pastillas de éxtasis; una decena de porros; y 13.840 euros en efectivo.
También cuatro armas de fuego --simuladas--; dos armas blancas; cuatro vehículos a motor; cuatro básculas de precisión; y diversos útiles para la distribución y venta de las sustancias estupefacientes, entre otros efectos.
La operación denominada 'PRP', llevada a cabo por agentes adscritos a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena, se inició en febrero, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha desarrollado la fase de explotación de la misma, con la práctica del grueso de detenciones y los registros.
Las averiguaciones practicadas permitieron centrar una organización criminal cuyos miembros mantendrían conexiones con media docena de asociaciones cannábicas de la zona, a las que proveían de marihuana y hachís de manera ilegal.
Además, los agentes constataron como esta red introducía importantes partidas de sustancias estupefacientes y psicotrópicas en festivales y fiestas privadas en las localidades malagueñas de Marbella y Estepona.
Durante las pesquisas, interceptaron varias entregas de drogas por parte de los sospechosos; en una de ellas, los agentes detuvieron a una pareja que trabajaba como Dj en un festival, interviniéndoles medio centenar pastillas de éxtasis --también conocido como Tusi--.
El grupo contaba con una estructura y jerarquía definida, constándoles a sus integrantes antecedentes por delitos de la misma naturaleza. Asimismo, la red utilizaba una amplia red de pisos, trasteros y locales que dificultaba la localización de los puntos de almacenaje.
Finalmente, con todos los indicios recabados y la autorización de la autoridad judicial, se efectuaron registros en tres domicilios particulares, un trastero y dos locales que albergaban sendas asociaciones cannábicas.
Tras estas diligencias, intervinieron una importante cantidad de dinero, droga y cuatro armas de fuego, que resultaron ser simuladas, descubriendo el grueso de las sustancias estupefacientes y psicotrópicas almacenadas en el interior de un trastero, ubicado en los bajos de una urbanización de Torremolinos.