Cádiz

“Carlos Díaz pasaba olímpicamente del aparato local del PSOE”

Santiago Laz e Ignacio Moreno, dos de los secretarios particulares del ex alcalde, valoran que siempre antepuso los intereses de Cádiz a los suyos o del partido

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  • Bruno García, con Ignacio Moreno en el Pleno por Carlos Díaz. -

Dos de los tres secretarios particulares de Carlos Díaz tomaron la palabra durante el Pleno extraordinario para recordar la figura del primer alcalde democrático celebrado durante la mañana de este miércoles para reivindicar su calidad humana y su papel clave en la historia reciente de Cádiz.

Santiago Laz, en una breve intervención, recordó que el regidor socialista entre 1979 y 1995 “contagiaba su amor” por la ciudad y  se le recordará “como un gran hombre apasionado por su gente”.

Más prolijo en detalles fue Ignacio Moreno, quien relató que conoció a Carlos Díaz con la fundación del Grupo Drago, en 1975, y cómo “le convencimos” para colaborar con la asesoría laboral de la UGT y pasar del PSP de Tierno Galván al PSOE, hasta que finalmente fue propuesto como candidato en las elecciones de 1979 ante la falta de acuerdo para elegir a Jaime Pérez Llorca y José Manuel Duarte, y con el visto bueno de Alfonso Guerra.

Tras referirse a los logros obtenidos durante los 16 años de mandato al frente de la Corporación, Moreno destacó “su sencillez, honestidad, amabilidad y simpatía personal”, que le granjearon hasta “comentarios subidos de tono” de algunas vecinas a la salida del Nazareno, algún Jueves Santo, en la Cuesta de la Jabonería, que le “acharaban”.

También hizo especial hincapié en su integridad. Refirió el que fuera su estrecho colaborador entre 1983 y 1990, que prohibió a familiares que se presentaran a plazas municipales mientras fuera alcalde.

Y se negó, asimismo, a la oferta que le hizo “un hombre fuerte de San Antonio” (donde se ubica la sede del PSOE) para presidir la Caja de Ahorros de Cádiz, multiplicando su sueldo por cuatro, o ser número dos en Diputación, porque antepuso los intereses del Ayuntamiento a los personales.

Finalmente, recordó que “pasaba olímpicamente del aparato local del partido y no se lo perdonaban” y “nunca tuvo un equipo cohesionado”.

Con todo, subrayó que “su popularidad subió como la espuma” durante los años que estuvo en ejercicio de sus responsabilidad públicas., hasta que fue apartado por el PSOE en 1995.

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