Los ciudadanos onubenses estamos, durante estos días, asistiendo a un duro enfrentamiento entre el Ayuntamiento capitalino y el Ministerio de Fomento, dos administraciones que, cada una con sus respectivas alegaciones, vienen luchando la solución al encallado problema de las comunicaciones ferroviarias entre Huelva y el resto del mundo y, de manera especial, con Sevilla y Madrid.
El Consistorio onubense, según viene poniendo de manifiesto la alcaldesa Pilar Miranda, quiere una vía AVE para que, en cuarenta y cinco minutos, nos podamos desplazar hasta la capital de Andalucía y en unas tres horas a la capital de la Nación. Y, entre sus alegaciones, es que Huelva no tiene comunicaciones rápidas a pesar que hace 32 años se perdió una magnífica oportunidad de haberla obtenido cuando esa línea llegó a España y a poco más de cien kilómetros de nuestra ciudad.
Además hay otros muchos argumentos que sirven para apoyar esta petición. Y el más claro y rotundo se produce día si y día no con las consabidas y reiteradas suspensiones del servicio ya sea por la caída de una catenaria, por falta de suministro eléctrico o por cualquier otra circunstancia que son tantas que llega uno a olvidarse de esas circunstancias.
Por su parte, la Administración Central, a través del Ministro del Ramo, se ha cerrado en banda alegando otros caminos que, entre otras cosas, serían más baratos y, por tanto, más fáciles de realizar. Pero esas medidas no satisfacen al usuario que lo que realmente quiere es llegar cuanto antes a Sevilla y le da igual qué tipo de vía se utilice o qué máquina arrastre al tren.
Y el Ministro, en una reciente comparecencia, habló de tiempo y dinero pero no hizo referencia al tiempo que llevamos los ciudadanos onubenses reivindicando una mejoría de la infraestructura ferroviaria ni al escaso dinero que cada año, en los Presupuestos Generales del Estado, se destinan a nuestra provincia al tema ferroviario tanto con el destino a Sevilla como el de Zafra, otra línea que también deja bastante que desear en todos los aspectos.
Lo cierto y verdad es que, por desgracia, el tema está quedando en grandilocuentes declaraciones del Ministro, del representante del Gobierno en nuestra provincia y la alcaldesa de la capital. Y, según la ideología de cada uno de nosotros, nos volcamos hacia una opción ú otra pero, lo cierto y verdad, es que nadie da el primer paso para tratar de dejar a un lado un problema que está enquistado hace muchos años y que será muy difícil resolver.
Y, a todo esto, el pueblo, que algunos dicen que es soberano, sigue sin echarse de una puñetera vez a la calle para exigir la resolución de una situación que tantos perjuicios nos está trayendo y que tan necesaria es para todos. Hace unos meses hubo una manifestación pro infraestructuras y la asistencia fue, prácticamente, testimonial. Por supuesto, acudieron muchísimas personas menos que cuando, en otra ocasión hubo de salir a la calle para la salvación del Recreativo.
Respetando las opiniones de la Administración Central y de la Municipal, lo cierto es que Huelva, y su provincia, necesita que el problema ferroviario se solucione de una puñetera vez y que sea de la forma más beneficiosa para todos aunque ello supongo tener que gastar más dinero, algo que no nos importa a los ciudadanos por cuantos fritos de pagar tantos impuestos.
Por ello, nos gustaría que la próxima información sobre el tema fuese una reunión entre las partes implicadas para tratar de alcanzar una solución al tema. En definitiva, que haya luz y taquígrafos para que todos conozcamos por donde van a ir los tiros. Al ciudadano, lo que realmente le preocupa es tener un tren, en las mejores condiciones, con el que poderse trasladar con rapidez, sin interrupciones y, si es posible, barato. Por tanto, vamos a aparcar las polémicas y comencemos a trabajar. Huelva necesita de esas infraestructuras ferroviarias y no debe dejar pasar más tiempo y oportunidades.
