Vedermar Ecologistas en Acción ha vuelto a hacerse eco, aportando vídeos, del ruido que soporta la población de la barriada de Guadarranque, en San Roque, durante las noches, procedente de la vecina factoría de Palmones de Acerinox, un año después de que la Fiscalía archivase la denuncia de los ecologistas por esta situación, que afecta también a los vecinos de Guadacorte y Palmones, en Los Barrios, quienes también sufren las emisiones y ruidos.
Los vecinos de la zona no dejan de denunciar el constante ruido que genera la acería durante la noche. Desde la planta se desprende un zumbido constante de maquinaria en funcionamiento que afecta al descanso nocturno en la barriada.
Han sido numerosas las ocasiones en las que Vedermar se ha hecho eco de las mismas y ha publicado en sus redes sociales vídeos denunciando el caso, como ha vuelto a hacer estos últimos días.
El colectivo ecologista lamentan que, a pesar de que desde dicha organización denunciaron el caso ante la Fiscalía de Medio Ambiente, así como a la Delegación Territorial del mismo área de la Junta de Andalucía, el expediente se cerró sin que se observase, por parte de las autoridades, irregularidad alguna en materia de ruidos. Este mes se cumple un año de dicha decisión.
“Las emisiones siguen y los ruidos no permiten el descanso. Muchas denuncias administrativas durante años han caído en saco roto”, lamentaba Acerinox cuando se conoció el archivo de la denuncia.
La pesadilla se repite. Si durante los últimos veinticinco días han sido las barriadas barreñas las más afectadas, debido al predominio del viento de levante, el cambio de los últimos días no ha hecho esperar a los habitantes de Guadarranque, que son ahora los que sufren el ruido.
En más de una ocasión Verdemar ha señalado esas barriadas del entorno de las desembocaduras de los ríos Guadarranque y Palmones, entre las que se ubica la planta de Acerinox, como una de las zonas con más contaminación acústica de Andalucía. “El ruido incide directamente en la salud de los ciudadanos perturbando el sueño y fomentando enfermedades psicosomáticas, un problema que se debe afrontar decididamente”, indicaron.
Además, aluden al Ecobarómetro de la Junta de Andalucía, que indica que para un descanso apropiado en el sueño “los valores no deben de exceder de 30 decibelios. Para el ruido continuo de fondo se debe evitar el ruido por encima de 45 decibelios. Efectos sobre la salud mental, los efectos sociales y sobre la conducta entre otros deben de ser tenidos en cuenta”.
Del mismo modo, recuerdan que es la Administración Local la que, “dentro de sus competencias tiene la aprobación de ordenanzas de protección del medio ambiente contra ruidos y vibraciones, la vigilancia y control de la contaminación acústica no sometidas a Autorización Ambiental Integrada o Autorización Ambiental Unificada, la elaboración de los mapas de ruidos los planes de acción y la determinación de las áreas de sensibilidad acústica y declaración de zonas acústicamente saturadas”.