Se trata de una superficie de 5 mil metros cuadrados situada en pleno polígono comercial de la Vega, a escasamente un kilómetro del centro de loa localidad pero situada en la periferia urbana, a pocos metros de la nacional 340. Será dividida en unas 80 parcelas de una media de 70 metros cuadrados cada una de ellas, futuros huertos sociales que serán trabajados por pensionistas tarifeños.
El lugar, actualmente infrautilizado, ha estado sirviendo de de escombrera para actuaciones municipales. El gobierno ha considerado la idoneidad de la localización, apuntando a que la distancia puede cubrirse a pie aunque está lógicamente alejada de la actividad comercial propiamente.
En la tarde de ayer, el concejal de Obras y Servicios, y uno de los pensionistas asesores de este proyecto social, Roberto Ayala, se desplazaron hasta el lugar para conocer cuál es el ritmo de las actuaciones. Maquinaria específica se dedica en estos días a la retirada de residuos, y al aplanamiento del terreno que se cubrirá por un manto de tierra fértil.
En unos días, las parcelas estarán delimitadas y podrán ser gestionadas y cultivadas por los ya adjudicatarios de las mismas. El acuerdo, entre la delegación de Asuntos Sociales y el Hogar del Pensionista, terminó, tras muchas negociaciones, en la elaboración de un Pliego de Condiciones. El documento fija unos límites en el uso de esta actividad de recreo. Así, se deberá guardar una estética apropiada en cada parcela y no se podrá comercializar con el fruto de los huertos, entre otros detalles
