Los testigos arrojan poca luz sobre la muerte de Vecín

Publicado: 11/03/2014
Testifican dos implicados en el robo, dos personas cercanas a los acusados, familiares de la víctima y agentes de Guardia Civil y Policía Local
El juicio a los tres mayores de edad acusados por la muerte del empresario algecireño Agustín Vecín prosiguió con la declaración de los testigos citados por la acusación. El relato de éstos no sirvió para clarificar en demasía los hechos que provocaron la muerte del empresario durante el robo que tuvo lugar en su domicilio el 26 de agosto de 2011. El primero en comparecer fue T.A., una de los participantes en el robo. El joven declaró que era el encargado de entrar en el domicilio por una ventana para abrir la puerta a dos de los acusados, R.V. y H.B.S. Indicó que cuando detectó la presencia de una persona en la casa salió de la misma para llamar a C.O., el otro adulto acusado, con quien volvió a entrar en el domicilio y volvió a ver al empresario, atado con bridas y tapado con una sábana, además de observar una mancha de sangre.

Lo más llamativo es que, según este testigo, R.V. y H.B.S. fueron los únicos que entraron en la habitación en primera instancia y que en algún momento se intercambiaron las camisetas, prendas que mostraban signos de lucha o violencia; asegura que la segunda vez que vio a la víctima, se movía y que tuvo constancia de su muerte en Comisaría.

Otro de los testigos, A.A., condenado a un año de internamiento, explicó que fue obligado a vigilar la calle en la que se encuentra el domicilio de la víctima. Aseguró que tuvo conocimiento de los hechos por lo que le relató T.A. al llegar a casa de A.A., en una urbanización de Los Cortijillos y que éste le contó que H.B.S. dio un puñetazo a la víctima. Este acusado también fue señalado por otra testigo, A.K., que indicó que C.O. le contó que H.B.S. tenía una marca de un mordisco de la víctima.

Con el relato de agentes de la Guardia Civil y la Policía Local sí se arrojó algo más de luz a lo sucedido tras el robo. Otra testigo, N.V., pareja de C.O. en aquel momento y hermana de uno de los acusados, aclaró que iba junto a C.O. en una moto y que después intercambiaron vehículo con otro de los implicados para viajar en un Mercedes robado en casa del empresario. El otro coche robado, un Audi A-3, pertenecía a una de las hijas de la víctima, que también testificó, al igual que una de sus hermanas.

La Guardia Civil recibió un aviso de vecinos de Los Cortijillos; allí confirmaban que la moto, al parecer propiedad de C.O., era robada. Durante su estancia allí aparecieron los dos coches robados, un con dos de los acusados y el otro con C.O. y N.V., en el Mercedes, que huyó ante la presencia de los agentes, quienes señalaron que algunos de los presentes dijeron: “Yo no me voy a comer el marrón de otro”.

Dos agentes de la Policía Local de Algeciras y el yerno de la víctima acudieron al domicilio de su suegro, donde lo hallaron muerto en el suelo, tapado con una sábana, atado de pies y manos con bridas y con “una madeja de calcetines” o “calcetines enrollados formando una bola”, según dijeron, en la boca.

Mañana prosigue el juicio en la sección de la Audiencia Provincial con la presentación de pruebas documentales. Cabe recordar que la Fiscalía pide 19 años de prisión por asesinato, cinco por robo con violencia en casa habitada y dos por receptación para el mexicano C.O., y la misma pena por asesinato y robo, 24 en total, para el boliviano R.V. y el marroquí H.B.S.; la petición de la acusación particular eleva la pena por asesinato a 20 años.

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