Los biólogos de la Estación Ambiental Madrevieja han decidido apostar por un nuevo proyecto consistente en el cultivo girasoles. Se trata de una actuación de mejora ambiental pionera en la comarca, cuyo objetivo es aumentar la biodiversidad existente en la Estación. Para ello, se ha plantado esta especie en dos zonas de pastizal que suman una superficie de una hectárea de terreno.
Este cultivo de girasoles no se va a cosechar y proporcionará alimento a muchas aves, así como a pequeños y grandes mamíferos y a numerosos invertebrados. La clase de fauna más beneficiada serán las aves, especialmente el gorrión común y la tórtola europea, dos aves muy abundantes hasta hace unos años y cuyas poblaciones se han visto mermadas, así como los jilgueros, verderones o pardillos.
Además, este nuevo proyecto, que está aportando una valiosa información a los investigadores, ha permitido avistar en la Estación Ambiental Madrevieja a especies de las que hasta ahora no se tenía constancia de su presencia la Estación, como el escribano montesino, y otras que por el momento solo habían estado de forma ocasional, como tarabillas norteñas.
Por otro lado, los técnicos de la Estación han ampliado el seguimiento a otros grupos de invertebrados, como libélulas, arañas, saltamontes, mariposas y polillas. La gran variedad de invertebrados y de diversidad vegetal de la Estación, favorecen que exista una importante riqueza de fauna en cada escalón de la pirámide alimenticia; debido, entre otros motivos a que estos terrenos no han recibido tratamientos fitosanitarios, como pesticidas o herbicidas.
Uso público
El pasado mes de junio, la Estación Ambiental Madrevieja cumplió un año desde su apertura al público. Un tiempo en el que este espacio natural ha llamado la atención de la comunidad científica, entidades públicas y fotógrafos especializados, así como de la comunidad educativa y de la ciudadanía en general, recibiendo, desde su puesta en marcha en 2009 a cerca de 1.300 visitantes.
La creación de un sendero con paneles interpretativos de los hábitats de interés, varios puentes de madera para cruzar las escorrentías y el observatorio de aves adaptado, han contribuido al fomento de este uso público, por el que Cepsa quiso apostar desde la creación de este proyecto.
Actualmente habitan en Madrevieja más de 170 especies diferentes de aves, mamíferos, anfibios, insectos y reptiles y cuenta con hasta 224 especies botánicas, muchas de ellas de gran riqueza ecológica.
El objetivo de esta iniciativa es poner a disposición del público un centro de investigación en el que pueda observarse la convivencia entre industria y naturaleza y su evolución positiva, y que además sirva también como un espacio de educación ambiental.
Cepsa y la biodiversidad
La Compañía mantiene un fuerte compromiso con el entorno de aquellas zonas en las que desarrolla una actividad relevante. Este es el caso de Andalucía, donde hace años puso en marcha otro gran proyecto: la Laguna Primera de Palos (Huelva), una iniciativa pionera, que convirtió a la Compañía en la primera empresa energética que acometía en España la recuperación de un espacio ambiental. Además, entre otros, destacan también en esta Comunidad los proyectos de conservación de la Posidonia Oceánica, el Centro de Interpretación del Camaleón en Chiclana (Cádiz) y un proyecto para el estudio y conservación de depredadores apicales (aves y cetáceos) en el medio marino de Doñana.
