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¿Qué cantidad de amistades se considera el número perfecto?

Alejandro Ramírez | Pocas pero buenas. El viejo dicho sobre la amistad ahora también parece ser confirmado por la ciencia, que ha respondido a la pregunta de cuántos amigos necesitamos tener en nuestras vidas para vivir bien. Una investigación realizada por la Universidad de Fudan en China, dice que en realidad, especialmente durante la adolescencia […]

Alejandro Ramírez | Pocas pero buenas. El viejo dicho sobre la amistad ahora también parece ser confirmado por la ciencia, que ha respondido a la pregunta de cuántos amigos necesitamos tener en nuestras vidas para vivir bien.

Una investigación realizada por la Universidad de Fudan en China, dice que en realidad, especialmente durante la adolescencia -ese período de formación personal y de aceptación social-, no se necesitan muchos. Bastan los que se cuentan con los dedos de una mano. En total son por tanto 5, que forman parte de nuestro pequeño círculo y que nos apoyan en el crecimiento emocional y cognitivo y también nos ayudan a tener un buen rendimiento académico.

Así que, a diferencia de lo que aparentemente ocurre en la adolescencia, donde estamos constantemente rodeados de amigos, más tarde nuestro cerebro marca la diferencia entre lo que podemos percibir a nivel de sentimientos -donde hasta el conocimiento se confunde con amistad- al hacer un balance muy preciso y gestionar lo “excesivo” de una manera diferente.

¿Qué es un amigo?

Esto quiere decir que, aunque a nivel social estemos rodeados de amigos, incluidos los de las redes sociales, nuestro cerebro, aunque no nos demos cuenta, los considera de manera superficial.

Esto se debe a que, al contrario de lo que pensamos, evalúa la “calidad” de las personas que nos rodean y no la cantidad. Un amigo es aquel con quien se construye una relación estable, con quien se comparten problemas, alegrías y hasta dolores.

Por lo tanto, se podría decir, en base a esta investigación, que al final la naturaleza tiene mucho más sentido común que nosotros y sabe qué cosas son realmente necesarias para nuestro crecimiento.

Cinco pero no menos

Hace algún tiempo la misma universidad china había realizado otro estudio publicado en la revista Neurology, subrayando por el contrario el riesgo del aislamiento social, un fenómeno muy frecuente, sobre todo tras el periodo de pandemia, afirmando que puede aumentar el riesgo de demencia en un 26%.

El ensayo involucró a 462.619 participantes británicos, que se sometieron a encuestas, pruebas de diagnóstico, resonancias magnéticas, mediciones físicas y biológicas y pruebas de función cognitiva. Los voluntarios fueron seguidos durante 12 años.

De acuerdo con lo que surgió del trabajo, el nueve por ciento de la muestra, equivalente a 41.886 personas, dijo haber vivido aislamiento social, mientras que el seis por ciento padecía soledad.

El estudio realizado por el profesor Jianfeng Feng, por lo tanto, arrojó resultados sorprendentes que confirman el vínculo entre la soledad y la enfermedad: «El aislamiento social -dice Feng- representa un problema de salud pública decididamente grave, aunque a menudo se subestima”.

“En el contexto de la pandemia de Covid-19 -añade-, el tiempo que se pasa lejos de los lazos sociales ha aumentado significativamente, por lo que es necesario identificar estrategias específicas para ayudar a las personas a superar esta dificultad».

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