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El colapso en la Antártida se ha visto «ayudado» por el cambio climático

EFE | La enorme plataforma de hielo de más de 1.200 kilómetros cuadrados que se ha derrumbado en el glaciar Conger, al este de la Antártida, desintegrándose en miles de icebergs a la deriva, constituye un fenómeno «normal» de la época interglacial al que «ayuda» el cambio climático y el calentamiento en la zona, según […]

EFE | La enorme plataforma de hielo de más de 1.200 kilómetros cuadrados que se ha derrumbado en el glaciar Conger, al este de la Antártida, desintegrándose en miles de icebergs a la deriva, constituye un fenómeno «normal» de la época interglacial al que «ayuda» el cambio climático y el calentamiento en la zona, según científicos argentinos.

En declaraciones a Efe, Juan Manuel Lirio, geólogo del Instituto Antártico Argentino, dijo que el fenómeno responde a que «a nivel macro» se transita «una época geológica que se llama interglaciar, que es una época de retroceso de barreras».

Según explicó Lirio, «es normal» que en los últimos 15.000 años las plataformas retrocedan y que haya barreras que colapsen, incluso témpanos más grandes, como en el verano de 2002.

«El calentamiento global ayuda a que se fracturen más rápido», agregó Lirio, al indicar que «se nota un calentamiento en las costas del continente antártico», especialmente en el norte de la península antártica, pero no es homogéneo porque hay enfriamiento en el interior del continente antártico.

En esta rotura también contribuyó que es verano, señaló.

En tanto, había una grieta previa entre el glaciar y la barrera que ayudó al derrumbe, agregó.

«Lamentablemente esa barrera no va a crecer más. Son hechos históricos. Va a ser difícil que se forme la barrera en este momento. Vamos a necesitar otra glaciación para que se vuelva a formar», dijo Lirio.

De acuerdo con el Centro Nacional del Hielo de Estados Unidos (USNIC) con datos de la NASA, una enorme plataforma de hielo de más de 1.200 kilómetros cuadrados se ha derrumbado en el glaciar Conger, al este de la Antártida, desintegrándose en miles de icebergs a la deriva que navegan a más de 60 kilómetros por hora en dirección oeste-noroeste.

Según Lirio, la consecuencia de que la barrera se haya roto en varios témpanos que van a la deriva a gran velocidad es tener cuidado en la navegación, aunque no es una ruta común, sino de expediciones científicas.

Otro efecto es que, dado que la barrera ya no está, se observará un «incremento en la velocidad del glaciar, de más hielo que llega al mar desde el continente, y un posible levantamiento del nivel del mar».

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