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Consejos nutricionales para no salir del confinamiento hecho un zollo

El confinamiento por la crisis de la COVID-19 está poniendo a prueba y al límite a la ciudadanía, la mayoría de la cual transita por el día en espacios reducidos y con poca movilidad, donde hacer deporte se presenta como una aventura y mantener la dieta, como una quimera. Igual que las plataformas en la […]

El confinamiento por la crisis de la COVID-19 está poniendo a prueba y al límite a la ciudadanía, la mayoría de la cual transita por el día en espacios reducidos y con poca movilidad, donde hacer deporte se presenta como una aventura y mantener la dieta, como una quimera.

Igual que las plataformas en la televisión e Internet proporcionan recursos de todo tipo para combatir algunas rutinas y para salir del sedentarismo, algunos profesionales se han visto abrumados por consultas sobre qué hacer en tiempos del coronavirus.

El dietista-nutricionista Juan Revenga, uno de los especialistas del sector más influyentes en los últimos años y que más presencia en los medios tiene, atendió una llamada telefónica de EFE, en la que expresó que su ámbito siempre estará dispuesto echar una mano para que la sociedad mejore sus pautas de alimentación, pero que en momentos de ansiedad, como el que se manifiesta ahora, es la psicología la que mejor puede ofrecer soluciones.

«En estos días se nos está preguntado a los nutricionistas sobre una cuestión que es la alimentación, que es una conducta voluntaria en que las personas terminamos poniendo con distintos criterios un alimento en nuestra boca, para que se inicien todos los procesos que conlleva la nutrición. Y lo que los nutricionistas acabamos diciendo son cosas de mucha importancia, pero obvias, en tiempos de confinamiento o sin confinamiento», señaló.

«Si ingerir comida que no es buena para nuestro cuerpo no es conveniente en una situación normal, ¿por qué no iba a ser igual en un momento de confinamiento, en la que el sedentarismo se manifiesta más? En estas circunstancias, los nutricionistas salimos a la palestra a decir obviedades como un piano de cola grande», añadió.

Por este motivo, Juan Revenga, autor de diversos libros sobre nutrición y creador del bloc ‘El nutricionista de la General’, considera que a la hora de decidir o convencer a una persona para que cambie su conducta alimentaria debería ser un terreno más propicio «para un profesional de la sicología, que conozca los mecanismos que puedan ayudar a las personas para que cambien su actitud o la reviertan».

«Se le está pidiendo consejo a los nutricionistas sobre una materia que no impacta sobre la nutrición, sino que impacta sobre el comportamiento. Por lo tanto, igual a quien se le debería pedir consejos es a un psicólogo», subrayó.

Hace unas semanas, la Academia España de Nutrición y Dietética editó un documento de recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria de la COVID-19, que el propio Revenga publicitó en su bloc, aunque en la entrada que escribió recordó una obviedad a sus lectores: «Las recomendaciones dietéticas ante COVID-19 son idénticas que las que se dirigen y se han dirigido siempre a la población general en situación de normalidad».

Así, el documento de la asociación no hace más que poner énfasis en aspectos repetidos hasta la saciedad en otras épocas, como mantener una buena hidratación, tomar al menos cinco raciones entre frutas y hortalizas al día, elegir el consumo de productos integrales y legumbres, consumo moderado de otros alimentos de origen animal, elegir el consumo de frutos secos, semillas y aceite de oliva y evitar los alimentos precocinados y la comida rápida.

«Si yo no tengo intolerancia a la lactosa o no tengo ningún problema de mala absorción, ni soy celíaco, las recomendaciones no van a variar durante este confinamiento», insistió Juan Revenga.

«De lo que se encarga un nutricionista es de los problemas que surgen desde la boca para abajo, por eso se llama nutrición, que son todos esos procesos que se ponen en marcha una vez que nosotros introducimos alimentos en la boca. Pero del hecho de escoger un alimento u otro y meterlo en la boca, eso se llama alimentación y no es nutrición, y eso es un acto voluntario», aclaró.

«No nos tenemos que cansar en explicar a la población que la comida procesada es insana, pero no vamos a decir nada diferente a lo que venimos diciendo desde hace años, porque ahora estemos en un periodo de confinamiento y el sedentarismo sea manifiesto», sentenció.

Sí que apuntó Revenga que una buena función de los nutricionistas-dietistas en estos días es combatir los bulos que circulan en las redes, y que también afectan a la alimentación, después de que muchos mensajes transiten por de móvil a móvil ensalzando «las bondades de algunos alimentos para combatir el coronavirus que son pura mentira».

Finalmente, Revenga reflexionó sobre si el papel del nutricionista no estará sobrevalorado en la faceta de buscar en él un apoyo para evitar adicciones.

«Estamos tratando la alimentación como si fuera un adicción, y en cierta forma es así, porque reporta placer. Pero quizá este análisis te lo pueden hacer mejor los estudiosos de los procesos cognitivos y sobre el subconscientes. Quizá es que acudimos a este tipo de alimentos porque nos reportan placer; obtenemos placer de su consumo. Entonces, si es así, estamos hablando de un transtorno de la conducta alimentaria. Y aquí otro profesional, como es el psicólogo, puede ayudar más que un nutricionista», concluyó.

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