Hay ladrones torpes y luego está la banda belga de esta historia, que da mucho que hablar por su absurdo argumento.
Seis hombres entraron en un estanco de Charleroi, pero no finalizaron el robo previsto porque el vendedor les convenció de que a esa hora no tenía apenas dinero y sería mejor robarle más tarde.
La banda optó por hacer caso al consejo del estanquero y se marchó, tal y como reflejan las cámaras de seguridad. Sin embargo, al volver no pudieron robar nada porque como era de esperar el vendedor llamó a la policía.
Lo peor es que el estanquero y los ladrones quedaron para finalizar el robo a la hora del cierre, pero ellos regresaron una hora antes. «Les miré a la cara y les dije que se compraran un reloj porque todavía no era la hora pactada», contó el vendedor a la prensa local.
Debido a esa antelación, la policía no había llegado todavía, pero se marcharon para volver más tarde y entonces sí que fueron detenidos todos menos uno, que logró escapar.
