Córdoba

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79.000 cordobeses no podrán beber agua del grifo desde octubre

La solución inmediata pasa por la terminación de la obra de conducción La Colada-Sierra Boyera ejecutada al 95% y a la que le resta una tubería de 1,5 kms

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Unos 79.000 habitantes repartidos entre las comarcas del Valle del Guadiato y Los Pedroches van camino de quedarse sin agua para beber. Podrán hacerlo en verano, pero a costa de restricciones imparables a partir de octubre en el consumo humano. La falta de lluvias y el desolador escenario que ofrece un verano seco en Córdoba preocupan a familias, agricultores y ganaderos al ver cómo el embalse de Sierra Boyera se encuentra por debajo del 20% de su capacidad. La agónica situación del pantano dejaría de serlo si se finaliza la obra de conexión con el embalse de La Colada, el cual se encuentra al 70% de capacidad y cuyos vecinos sólo pueden disfrutar para el baño recreativo. Aunque cabe apuntar que hay otra opción como la de conectar el embalse de Puente Nuevo con Sierra Boyera, incluida en el decreto de medidas urgentes contra la sequía de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, pero el Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, la rechazó por su alto coste.

La inacción de las administraciones llega al punto de que desde el año 2009 no ha habido partidas presupuestarias por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía para terminar la ejecución del kilómetro y medio de tubería que conecte la presa de La Colada con Sierra Boyera. Así, fuentes de la Junta de Andalucía señalan que cuando el nuevo Gobierno inició la legislatura en 2019, quisieron impulsar este proyecto. Sin embargo, un estudio de viabilidad solicitado por el Ejecutivo regional concluía que era inviable por encontrarse anticuado y desfasado.

Andalucía y Castilla – La Mancha comparten el embalse de La Colada, pero en la segunda comunidad autónoma están instalados los kilómetros de tuberías y la estación de bombeo necesaria para canalizar el suministro de agua hasta la estación potabilizadora. No ocurre así en el caso de Andalucía y del norte de Córdoba, donde estando adjudicada la redacción del último tramo de canalización del proyecto, le quedarían pendientes los trabajos de la estación de bombeo y suministro eléctrico. Según las mismas fuentes del Gobierno autonómico en funciones, dicho proyecto está en fase de terminación.

La urgencia está justificada y por ello los ayuntamientos de las comarcas mencionadas hacen un llamamiento permanente a la administración competente para terminar la conexión de Sierra Boyera con el embalse de La Colada, ejecutado en parte con fondos europeos. Cabe señalar que en los años 90, después de una grave sequía, los alcaldes de Los Pedroches y el Valle de Guadiato se manifestaron en las calles para reclamar la construcción de ese embalse que garantizase el suministro de agua en años de escasez. La situación se vuelve a repetir y hoy por hoy una de las soluciones es la de declarar esta intervención como “obra de emergencia” con tal de que la Junta de Andalucía acelere la conexión de estos dos recursos hídricos para paliar los efectos de la sequía.

Cuando se declaró la situación de emergencia en toda la cuenca del Guadalquivir, los peores augurios apuntaban a que el siguiente escenario sería el actual. De hecho, muchos vecinos dan por hecho que empezarán a recibir bandos municipales con instrucciones concretas sobre el uso determinado del agua. En una comisión de sequía celebrada en noviembre del pasado año dentro del seno de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, se hizo un análisis de la zona norte de Córdoba y de las consecuencias derivadas de la escasez de agua debido a la poca capacidad de almacenamiento de sus embalses. En esa reunión, en la que había representación de la Junta de Andalucía, se habló de la conexión de Sierra Boyera con el embalse de Puente Nuevo, que está en la cuenca que abastece a los municipios del entorno del Guadalquivir.

Esta conexión de carácter complejo dada la orografía del terreno está estimada en una intervención en 35 kilómetros de superficie, una inversión de 20 millones, y la contemplación de expropiaciones en un plazo de entre 10 y 12 meses. Sin embargo, según la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, al conocerse que la obra de conexión de Sierra Boyera y La Colada estaba al 95% de su ejecución, se paralizó la idea relativa a Puente Nuevo y Sierra Boyera en otra reunión celebrada en febrero de 2022.

Los meses de verano serán cruciales para el futuro del agua en la comarca de Los Pedroches y Valle del Guadiato, donde 79.000 cordobeses anhelan una solución necesaria debido a que la amenaza de quedarse sin agua para beber a partir de octubre es cada día más real.

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