Conocido como Kalaca Skull, un joven colombiano se ha cortado la nariz y las orejas para parecerse lo máximo posible a una calavera.
Su transformación comenzó hace años y, paso a paso, está consiguiendo su sueño de ser una calavera con vida.
Este chico de 22 años, tatuador de profesión, es un apasionado de la muerte y todo lo que la rodea, por eso desea tener una apariencia así.
Comenzó por tatuarse, teniendo más de un 90% de su cuerpo lleno de tinta, sí, incluyendo la lengua. Mientras se aficionaba a los tatuajes también probó los piercings.
Pero no contento con eso comenzó con transformaciones de verdad, no con decoración. Él quería transformar su cuerpo, llevar su idea al extremo y comenzó por la lengua. Tras tatuársela, la dividió en dos para asemejarla a la de una serpiente.
Más tarde se realizó un proceso de pigmentación ocular para que sus ojos sean completamente negros. Sin esperar, se insertó implantes en los pómulos y en la parte superior de su rostro.
Con estos cambios, el resto de tatuajes y escarificaciones parecen meran anécdotas en un proceso bastante complicado.
A día de hoy, lo más radical que se ha hecho es extirparse las orejas y la nariz, obteniendo con ello un rostro tan cadavérico como terrorífico. Pero su proyecto no está terminado y ya tiene en mente nuevos cambios tan extravagantes como afilarse los dientes para tenerlos puntiagudos, quitarse el dedo anular y los pezones, cerrar su ombligo y finalizar con los implantes de la barbilla.
No le va nada mal el negocio de los tatuajes a raíz de la fama que viene acumulando con sus cambios físicos. O atrae o da miedo, no hay término medio con Kalaca Skull.