A modo de previsión, los expertos aconsejan contratar seguros de vida. Pero, ¿por qué es recomendable? Y no menos importante, ¿cuándo se debe suscribir este tipo de póliza?. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la esperanza de vida en España supera los 83 años. De esta manera, nuestro país se sitúa por encima de la media de los Estados miembros de la Unión Europea. Sin duda, se trata de una magnífica noticia.
A pesar de ello, desgraciadamente, cada año se registran miles de muertes prematuras. Un accidente de tráfico, un siniestro laboral o una enfermedad pueden ser causa de fallecimiento inesperado o incapacidad. Y es en situaciones como estas cuando se alcanza a comprender la importancia de los seguros de vida en los hogares.
Al respecto, desde la patronal Unespa, a través de la iniciativa Estamos Seguros, observan que el 23% de las personas de entre 40 y 60 años que fallecieron en 2021 había contemplado esta clase de aseguramiento. Y gracias a esa visión previsora en la contratación de seguros de vida, los beneficiarios pudieron soportar mejor la pérdida de sus seres queridos.
¿Qué cubre y cómo funciona un seguro de vida?
Pensando en quienes no estén familiarizados con estos productos, los expertos del sector asegurador explican que los seguros de vida tienen como fin cubrir el fallecimiento del asegurado. De este modo, las personas designadas por él, o las más próximas en parentesco si no hubiesen sido precisadas en el contrato, quedan protegidas en caso de deceso.
Asimismo, el propio asegurado puede beneficiarse si sufre algún tipo de incapacidad o enfermedad grave. En cualquier caso, previamente se debe acordar el capital a asegurar. Y como sucede con un seguro de coche, también determinar las coberturas y cómo se pagará la prima –en una sola cuota o fraccionada–.
¿Cuándo interesa contratar este tipo de póliza?
Por lo que respecta a cuándo es recomendable suscribir un seguro de vida, los profesionales de la industria aseguradora aconsejan contratarlo cuando se tiene entre 30 y 50 años, incluso antes si fuese el caso, en estas situaciones:
- Al formar una familia. En el momento en que una persona decide vivir en pareja y tener hijos, y el núcleo familiar depende en buena medida de sus ingresos, es conveniente ser previsor y contemplar supuestos como muertes prematuras o incapacidades.
- Cuando se solicita una hipoteca o un préstamo. Del mismo modo, es útil contratar un seguro de vida cuando se solicitan créditos hipotecarios o personales de cara a evitar futuras cargas económicas a los beneficiarios de la póliza.
En cuanto a las coberturas, la principal es la relativa al fallecimiento. Y junto a ella, el alcance de la póliza dependerá de lo establecido en el contrato. En este sentido, es posible suscribir productos que abarcan desde muerte por accidente hasta distintas clases de incapacidad, pasando por enfermedades como cáncer, Alzheimer, párkinson, etc.
En resumen, los seguros de vida representan un balón de oxígeno para las personas que pierden a un ser querido. Con un sueldo menos en el hogar, una hipoteca o un préstamo pendiente de liquidar y niños a los que sacar adelante, estas pólizas aportan tranquilidad y solvencia económica en momentos difíciles.
