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Cuando los primeros sapiens aprendieron a vestirse con pieles ante las heladas del Paleolítico

Alejandro Ramírez | Se ha descubierto un extraordinario ejemplo de sastrería prehistórica: data de hace 39.600 años y es un fragmento de hueso hallado en Canyars, un yacimiento del norte de España, cerca de Barcelona. Perteneciente a la cadera de un gran mamífero, probablemente un caballo o un bisonte, se usaba para confeccionar y preparar ropa […]

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Alejandro Ramírez | Se ha descubierto un extraordinario ejemplo de sastrería prehistórica: data de hace 39.600 años y es un fragmento de hueso hallado en Canyars, un yacimiento del norte de España, cerca de Barcelona. Perteneciente a la cadera de un gran mamífero, probablemente un caballo o un bisonte, se usaba para confeccionar y preparar ropa de cuero.

“No es una aguja, pero es el soporte más antiguo utilizado para perforar el cuero”, explica el coordinador del grupo de investigación de las Universidades de Burdeos y Barcelona, Francesco d’Errico. Es una prueba de que los primeros sapiens, que habitaron la costa oriental de España en el Paleolítico Superior, sabían confeccionar ropas con las que protegerse eficazmente del frío gélido de la época.

Para sustentar esta hipótesis, ilustrada en la revista «Science Advances», están los análisis realizados sobre el fragmento. “Éste presenta varias impresiones microscópicas en su superficie y las investigaciones que hemos realizado con varios tipos de microscopios, junto con la reproducción experimental de las propias impresiones, revelan que fueron realizadas utilizando buriles de pedernal robustos sobre los que el artesano prehistórico golpeaba con un mazo para perforar el cuero”, explica el paleoantropólogo italiano.

“De hecho, la morfología, la orientación y la disposición de los signos excluye que hayan sido realizados para decorar el objeto o para registrar en él información numérica, como el botín de caza o las fases de la luna”, apunta.

La explicación más plausible, según d’Errico, es que esas huellas en la superficie del hueso fueron producidas por herramientas líticas utilizadas para perforar la piel. Algunos punzonados son idénticos y equidistantes y fueron producidos por la misma herramienta al mismo tiempo. Otras impresiones, sin embargo, parecen haber sido hechas por diferentes herramientas.

“La serie con impactos igualmente espaciados podría ser el reflejo de una costura continua. Los demás punzonados, no ordenados y alineados, producidos por diferentes herramientas, podrían haber sido realizados para reparar costuras», asegura el paleoantropólogo.

Como se puede leer en un estudio anterior de d’Errico, publicado en el «Journal of Human Evolution», la ropa, además de tener siempre un valor simbólico, porque comunica nuestra identidad (individual y social), ha permitido a nuestros antepasados colonizar regiones con climas muy duros. “La confección de trajes a medida se asocia generalmente con la invención de agujas para los ojos hechas de hueso. Las agujas más antiguas conocidas aparecen hace entre 45.000 y 40.000 años en Siberia y el norte de China».

Esta innovación tecnológica se extendió por Europa hace tan solo 26.000 años y hasta ahora se sabía poco sobre las herramientas y técnicas que los neandertales antes de esta fecha y posteriormente los primeros sapiens -que llegaron a Europa hace unos 42.000 años- utilizaban para coser ropa, imprescindible para sobrevivir al frío.

“Los restos arqueológicos encontrados en el yacimiento de Canyars y su datación por radiocarbono apuntan al antiguo período auriñaciense y sugieren que la técnica del punzonado fue utilizada por los Sapiens que habitaron la costa oriental de España hace unos 40 mil años”.

Esto significa que, unos 14.000 años antes de la introducción de las agujas para los ojos en Europa, los cazadores-recolectores del Paleolítico pudieron trabajar materiales blandos, como el cuero, para confeccionar ropa y zapatos a medida y hacer frente al duro clima que caracterizaba al territorio europeo en ese momento.

“Las agujas -señala d’Errico- no eran el único medio utilizado para confeccionar ropa: la investigación que llevamos a cabo nos lleva a concluir que el instrumento óseo encontrado se utilizó como base para perforar las pieles”. El término punzonado, además, deriva del latín «punctio» y describe precisamente ese proceso durante el cual se trabaja el material con el llamado «punzón» que ejerce presión para realizar un corte.

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