Un joven enamorado la lió parda en el zoo de Wellington (Nueva Zelanda). A John Owen Casford, de 23 años, no se le ocurrió otra cosa que cortar dos candados de acceso al recinto para colarse y buscar el módulo de los simios.
Su idea era robar un monito para regalárselo a su novia, pero el plan no salió como esperaba. Los animales se defendieron del intruso, que terminó en una extraña pelea con todos los inquilinos de la jaula.
El joven terminó con una pierna fracturada, dos dientes rotos, un esguince en el tobillo, moratones múltiples y, por supuesto, una denuncia por parte del zoológico.
La noticia ha salido a la luz tras conocerse la condena del juez contra Casford, dos años y siete meses de prisión por allanamiento y maltrato animal.
Según parece, a la mañana siguiente de lo ocurrido, los trabajadores del zoo se asustaron al ver que faltaba uno de los monos. Finalmente, encontraron al pequeño primate escondido en un rincón del recinto. Los monos ardilla quedaron «traumatizados, al amanecer todos los monos estaban angustiados, dos de ellos resultaron heridos», asegura la sentencia.
Por su parte, los trabajadores del zoo han afirmado que los simios habían quedado «traumatizados» por el incidente. Además, el joven dejó la puerta abierta al intentar robar uno de los monos ardilla, aunque ninguno de los simios escapó y los cuidadores los encontraron dentro del recinto.
